Finanzas Globales

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Blog con información sobre economía y finanzas internacionales, relacionados con los riesgos que afrontan las entidades bancarias

Ponzi Game

Rodolfo Rapán

Por Rodolfo Rapán

lunes, 22 de diciembre de 2008

Los ingredientes para un fraude financiero: Un ente confiable (persona o institución), un supuesto negocio (sin demasiados detalles) con excelente rendimiento, buenas relaciones sociales y el cumplimiento en el pago de los intereses prometidos en la primera etapa. Tarde o temprano alguien saca a la luz la inexistencia del supuesto negocio y la historia termina con un efecto “puerta 12” en el cual los primeros afortunados pueden salir y el resto debe resignarse a perder su dinero.

Carlo PonziCarlo Ponzi, le puso el apellido a esta maniobra que se ha repetido innumerable cantidad de veces. Este inmigrante italiano comenzó en los Estados Unidos a juntar dinero en 1919 gracias a promesas de rendimiento del 50% en los primeros 45 días y duplicar el capital a los 90 días, sobre la base de un supuesto negocio estructurado sobre las remesas de inmigrantes. Los intereses se pagaban con el nuevo capital que ingresaba al sistema que crecía por medio de jugosas comisiones abonadas a los promotores. En aproximadamente un año Ponzi culminó en prisión. Su fama ha ingresado a los libros de macroeconomía a través de la denominada “no ponzi game condition” que se utiliza para ejemplificar casos en los que un gobierno paga su deuda vieja con deuda nueva a tasa más alta o para señalar situaciones de crecientes déficit.

Antes y después que Ponzi hubo muchos estafadores que utilizaron esquemas similares, pero probablemente el de mayor magnitud sea el realizado por Bernard Madoff. Mientras Ponzi, sus antecesores y la mayoría de sus predecesores, se valían de incautos, o personas con nula experiencia en finanzas, este ex director del Nasdaq que manejaba fondos por U$S 50.000 millones, logró capturar el dinero de familias acaudaladas y prestigiosos bancos internacionales. Madoff había sorteado las dudas que en varias oportunidades se plantearon a la Security Exchange Commision (SEC) sobre el manejo de sus fondos. Acorde a informaciones de prensa recientes, su hermano era el oficial de cumplimiento de la compañía, su esposa quien manejaba la documentación confidencial, y una de sus sobrinas (con su mismo apellido) estaba casada con un ex inspector de la SEC que abandonó el organismo en 2006.

Seguramente gran parte de los jugosos bonus cobrados por los directivos de las principales compañias y entidades financieras mundiales, y de las ganancias de famosos actores y deportistas de todas latitudes, se han perdido en la caída de los mercados, bancos de inversión, y estafas como esta. La mano invisible del mercado se encarga tarde o temprano de compensar los excesos, pinchando la burbuja, pero no siempre con la equidad que nos gustaría. Una vez que finalicen las investigaciones sobre las entidades involucradas, habrá que ver que responsabilidades le caben a los ejecutivos que se hicieron millonarios empaquetando bajo nombres sofisticados, carteras hipotecarias de dudosa calidad generadora de la crisis subprime.

Los complejos modelos matemáticos para la administración de riesgos, las rigurosas inspecciones y complicadas normativas de los reguladores, las costosas auditorías y calificaciones, parecen haber sido poco eficientes para frenar a tiempo los fraudes y excesos, que ante la baja de los mercados parecen estallar con mayor virulencia.

Los reguladores al máximo nivel internacional, deberán ver si prevenir futuros eventos de este tipo, inclinan la balanza de las medidas hacia una mayor sofisticación en el manejo de los riesgos o hacia mayores limitaciones a la actividad financiera.