Los beneficios de la aprobación del canje sólo mejorarían la liquidez de las grandes empresas. El costo del financiamiento en los bancos tiene un fuerte componente político
IGNACIO OLIVERA DOLL Buenos Aires ()
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La reciente aprobación del canje de deuda, el último fin de semana, acercó a las grandes empresas una lista de beneficios y promesas sobre la liquidez que difícilmente terminen siendo percibidos por los individuos y las compañías de menor tamaño. “Podría haber un impacto en el mercado de capitales, pero que sólo sentirán las grandes empresas del país. No veo una apertura urgente que nos permita a nosotros bajar las tasas para el público y las pequeñas y medianas empresas. Argentina tiene otras cosas pendientes, como la inflación y la inseguridad jurídica, que limita a las compañías y nos les permite hacer grandes inversiones o encarar proyectos”, dijo a El Cronista el gerente financiero de un banco de primera línea.
Los banqueros están convencidos de que la noticia no provocará el más mínimo alivio en las tasas de interés que hoy se están cobrando por el financiamiento a través del sistema, porque en ellas no impacta tanto hoy el acceso a la liquidez externa, como el componente político e inflacionario.
El balance de la primera semana post-canje ya reveló un efecto sugestivo sobre estas expectativas que hoy existen en el sistema. Los contratos a futuro de la tasa Badlar, que se negocian en el Mercado Abierto Electrónico (MAE) y el Rofex, se mantuvieron prácticamente sin cambios entre la rueda del viernes anterior al canje y la de ayer: cercanas al 12% en los contratos a tres meses; y alrededor del 14,4% en los que vencen a un año (ver infografía).
“Sucede que en la Argentina la gente tiene expectativas de inflación del 25% ó 30%, y hoy se tiene que conformar con que le paguen una tasa del 9% anual por un plazo fijo. No veo mucho espacio a la baja para las tasas pasivas (que se pagan por los depósitos) ni para las activas (que se cobran por los préstamos). Quizá éstas últimas puedan ajustar algo, pero no a partir del canje. La tasa en pesos hoy tiene un gran componente inflacionario”, explicó el economista jefe de una entidad privada.
La tasa Badlar de los bancos privados, que es la que se paga por un depósito a 30 días mayor al millón de pesos, había amenazado en las últimas semanas con perforar el piso del 9%. Pero, del viernes pasado hasta hoy, llegó a subir de 9,25% a 9,375%.
“Veo difícil que estas bajen, porque ya están por el piso”, aclaró el gerente financiero de un banco local. “Están demasiado bajas, y negativas en términos reales, lo cual las hace insostenibles: es muy difícil retener depósitos con estas tasas”, agregó.
Para los banqueros está claro que, tras el canje de deuda, algunas empresas podrán alargar el plazo y reducir los costos al momento de salir a financiarse en los mercados externos. “La clave para que haya crédito a largo plazo, y a menor tasa, es que se arme una curva con la que se puedan fondear las empresas a tasa fija, en pesos, y a mayor plazo, de forma consistente. Pero eso no se va a dar, por el momento, si todos los días desde el poder aprietan a alguien y el público espera una inflación del 25% ó 30% anual”, se lamentó el gerente financiero de una entidad extranjera.
A su juicio, la fuerte suba en los precios de los bonos locales, que se notó en el último tiempo, respondió a que ya existía de por sí un enorme spread en los rendimientos de los títulos locales contra los de Ucrania y Venezuela. De esto es parte la enorme caída que provocó el canje, por estos días, en el nivel de riesgo país (ver aparte).
En los préstamos que suelen tomar las empresas medianas y pequeñas (los adelantos en cuenta corriente), la aprobación del canje tampoco se reflejó en caídas. Contra lo previsto, entre el martes y ayer, la serie diaria que publica el Banco Central para estos créditos (de 1 a 7 días, y mayores a los
$ 10 millones) ya mostró una suba de 10 puntos básicos: desde el 10,05%, hasta 10,15%.