viernes, 04 de diciembre de 2009
Muy probablemente usted tenga la mirada puesta en el dólar. Sin embargo, de cara a los próximos meses, todo indica que el billete verde se mantendrá en niveles similares al actual. La moneda brasileña atraviesa una situación diferente y sigue al alza. ¿Cuál es la ganancia que podría obtenerse?
Los ahorristas argentinos suelen ser muy conservadores a la hora elegir qué alternativa de inversión le resulta más conveniente para proteger parte de sus ahorros.
Muchas de ellas ofrecen buenas rentabilidades, como algunas acciones que rindieron más de un 150% en lo que va del año, pero las perciben como muy lejanas.
Guardan cierto temor, sienten que necesitan contar con el asesoramiento de un experto o bien prefieren sacrificar rentabilidad e ir a lo más seguro.
En ese contexto, las opciones se acotan y esto los pone nuevamente frente a la encrucijada del dólar o plazo fijo.
Sin embargo, hay una tercera opción, que resulta familiar y está al alcance de la mano: el real.
Incluso, para muchos analistas, apostar a la moneda brasileña puede convertirse en una muy buena inversión de cara a la primera mitad del 2010.
El dólar, es el dólar y casi no tiene competencia en la mente de los ahorristas. Pero también es cierto que, en vista a los próximos meses, la Argentina sufrirá una inflación de dos dígitos, de entre el 15% y el 20% anual y, si la moneda estadounidense no se mueve, provocará una reducción de esos ahorros que a muchos les cuesta atesorar.
Como contrapartida, Brasil se perfila a ser una de las principales potencias del mundo y las probabilidades de que su moneda siga fortaleciéndose son cada vez más altas.
La cuenta es sencilla:
Porque la locomotora brasileña no se detiene. Su ritmo es prácticamente imparable y el tablero de control ya se está acercando peligrosamente a los 1,70 por dólar.
Un valor que enciende más de una luz de alarma, pero que difícilmente pueda detenerse. El martes volvió a apreciarse un 1,3%, evidenciando la entrada de más capitales al país y la mejoría en el ambiente internacional respecto a los activos de mayor riesgo. Al final de la sesión cotizaba a 1,733 unidades por dólar, mostrando incluso su fortaleza ante la minicrisis que desató Dubai, que impactó de lleno en los mercados emergentes. "El real fue influenciado por el buen humor externo. El efecto Dubai ha ido absorbiéndose y el mercado comienza a volver a los niveles alcanzados anteriormente", afirmó Rodrigo Nassar, gerente de la mesa financiera de la correduría Hencorp Commcor.
Fausto Spotorno, economista del estudio Orlando Ferreres y Asociados, también observa que, "en términos generales, Brasil está de moda para los mercados, y eso es porque sufrió poco la crisis. Encima, China se convirtió en su principal cliente para la producción de materias primas". El especialista Agustín Cramo consideró que “es muy factible que, en el corto plazo, la cotización alcance los 1,60 por dólar. Este movimiento frente al billete verde implicaría una apreciación adicional cercana al 8 por ciento”.
Para Cramo, “el problema que enfrenta el banco central brasileño es el de tratar de armonizar el ingreso de fondos con la política anti-inflacionaria. Mientras Estados Unidos siga mostrando datos cambiantes, Lula no tiene margen para devaluar, pues sus indicadores son sólidos y entonces está bien que se aprecie su moneda”.
"La liquidez que está siendo generada en el sistema se transforma en flujos para los activos de riesgo: bolsa, monedas, commodities", explicó Marcelo Portilho, estratega de CM Capital Markets. "La previsión es que continúe entrando dinero del exterior, en parte debido a las mejores perspectivas de inversión extranjera directa", añadió Moacir Junior, operador de cambio de la correduría paulista Finabank.
La sobrevaluación de la moneda es un tema que preocupa al Gobierno, afirmó recientemente el ministro de Economía brasileño, Guido Mantega. “El país quiere la llegada de inversores extranjeros al mercado accionario, en inversiones directas y otras, pero no el ingreso de flujos exagerados", sostuvo Mantega. El Gobierno ya trató de contener sin éxito la escalada de su moneda. En octubre, estableció un impuesto del 2% sobre las inversiones dirigidas a acciones e inversiones en renta fija. Sin embargo, los inversores olfatean que el efecto Brasil da para rato y el nuevo tributo mucho no les importó.
El efecto duró sólo un día, cuando la moneda se devaluó el 2,1% para luego hacer oídos sordos y retomar la senda ascendente. Es por ello que, a pocos días de su implementación, los economistas ya descartan que el impuesto logre el objetivo inicial buscado. Pero la avanzada del Gobierno no quedó ahí, ya que en los últimos días comenzaron a gravarse las inversiones en ADRs (American Depositary Receipts) emitidos por las empresas brasileñas.
¿Qué es un ADR? No es más que la acción de una corporación extranjera que puede comprarse y venderse en el mercado de valores de Estados Unidos y permite que el inversionista estadounidense pueda adquirir valores de compañías de otro país.
En este sentido, la nueva tasa es del 1,5% y será cobrada cuando los inversores extranjeros conviertan esos ADR de firmas brasileñas en acciones emitidas a nivel local, tal como anunció Mantega. El ministro de economía brasileño afirmó que algunos inversores extranjeros han estado comprando ADRs brasileños y convirtiéndolos en acciones emitidas localmente para ganar exposición en ese mercado, sin tener que pagar el impuesto de 2% sobre los flujos de capital que ingresan al país dirigidos a acciones y renta fija. El fuerte ingreso de capitales que desembarcó mayormente en la Bolsa de San Pablo hizo que, en lo que va del año, la misma aumentara más del 76 por ciento. Según un reciente informe de Morgan Stanley, en el mes de octubre, el flujo de capitales netos hacia la economía brasileña alcanzó los u$s17.600 millones, nivel que se encuentra muy por encima de los u$s6.000 y u$s8.000 millones de los meses previos.
Según reproduce el sitio brasileño O Globo, Goldman Sachs, uno de los bancos de inversión más grande del mundo, considera que el real es la moneda más sobrevalorada.
Sin embargo, no detiene su camino ascendente. Incluso, a pesar de los controles de capitales impuestos por el gobierno de Lula. El propio Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró días atrás que dichos controles resultan ineficientes para frenar el alza en el precio de los activos y moneda local.
“Después de algún éxito inicial en la restricción al ingreso de divisas, la apreciación del real parece estar en subida nuevamente”, escribía Thomas Stolper, analista de Goldman Sachs. A principios de año la moneda brasileña cotizaba a 2,6 unidades por dólar y en lo que va del año se apreció un 34,5 por ciento.
Según analistas del mercado, que siguen de cerca la evolución de la moneda, la misma se encamina nuevamente a romper el piso de 1,7 unidades por dólar.
Existe pleno consenso entre los expertos de que la moneda brasileña seguirá fortaleciéndose en el corto y mediano plazo.
Sus análisis se basan en la situación económica global y de Brasil que, para muchos, se perfila como uno de los grandes ganadores de este nuevo ciclo de la economía mundial. Analistas de RBC Capital y BNP Paribas, apuestan a que se ubicará en torno de los 1,70 por dólar -en el arranque de 2010- aun si el Gobierno decidiera aplicar alguna nueva imposición sobre el ingreso de fondos.
Para Fernando Izzo, director de ABC Mercados de Cambios, en el corto plazo "se puede prever que el real se mantenga en este punto de equilibrio de 1,70 por dólar. Están entrando a Brasil muchísimas divisas y el Banco Central está comprando todo lo que tenga que comprar para que no supere ese nivel". “En el más largo plazo, todo parece indicar que el flujo de fondos a nivel global no cesará, por lo que la 'guerra revaluatoria' continuará. En este caso, Brasil puede convertirse en el refugio ideal”, explicó Cramo. Para el mediano plazo, JP Morgan señaló que la cotización llegará a 1,60 por dólar en junio de 2010 y estima “una persistente debilidad de la moneda estadounidense así como un aumento en los precios de los productos básicos”.
Benoit Anne, analista de Bank of America, afirmó que “el real está infravalorado 7%, según un modelo que analiza las tasas de ahorro y la cuenta corriente y excluye las oscilaciones cíclicas”. Siguiendo con su razonamiento, “debería apreciarse a 1,60 unidades por dólar", explicó Anne desde Londres. Por su parte, Alexandre Lintz, estratega principal de BNP Paribas, predice que se mantendrá cerca de 1,70 hasta pasado el fin de año. Su pronóstico de fin para 2009 coincide con la previsión de 1,70 reales por dólar que resultó de un sondeo realizado por Bloomberg entre veintiún economistas. No hay que negar el componente especulativo que tiene el flujo de capitales hacia el país vecino, aunque hay que reconocer que las muy buenas perspectivas de Brasil y su condición de gran productor de commodities, en un contexto de recuperación económica global, son motivos más que válidos para que el dinero de gran parte del mundo desembarque en ese territorio.
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