lunes, 07 de diciembre de 2009
La ganancia que reciben los ahorristas por colocar su dinero en los bancos se redujo en forma paulatina a lo largo de este semestre.
La segunda mitad del año que está próximo a concluir quedará en la memoria de los ahorristas y banqueros por mucho tiempo.
“En noviembre y por segundo mes consecutivo, la totalidad de las tasas de interés de los plazo fijo registraron descensos en sintonía con la caída en la cotización del dólar”, se encargó de resaltar un informe de la consultora especializada Chi Square. El documento puntualizó además que “la holgada liquidez de las entidades bancarias impacta en el desinterés de los bancos por captar fondos de los ahorristas” dado que, al estar el sector privado alejado de los créditos, finalmente dicho flujo de dinero que se consigue no logra canalizarse vía nuevos préstamos. Esto fue confirmado por el directivo de un banco de primera línea, que pidió reserva de identidad, al expresar a iProfesional.com: “Si bien los plazos fijos se renuevan a buen ritmo, tratamos de desalentar nuevas colocaciones porque luego se nos hace muy difícil aplicar esos fondos”. En caída libre Desde fines de octubre las tasas de interés que pagan los bancos por los depósitos a plazo fijo entraron en un tobogán. Los motivos del derrumbe son varios, destacándose el relacionado con la abundante liquidez del mercado financiero que impera desde hace tiempo y que hace que los bancos no se muestren interesados por conseguir más fondos ofreciendo por ellos pagar una mayor tasa. A ello se suma la reversión del proceso de fuga de capitales. Es así como los tipos de interés siguieron en caída, tal como puede apreciarse en el cuadro:
Si bien la tendencia decreciente parece consolidarse día a día, los banqueros saben, por experiencia propia, que la segunda quincena del mes suele ser complicada en materia de liquidez. La explicación se encuentra en el fuerte incremento en la demanda de dinero, consecuencia de los compromisos de las empresas para el pago de sueldos y aguinaldos y una mayor necesidad de la gente de hacerse de dinero para sus vacaciones. Tradicionalmente la suba de tasas encuentra su punto máximo en vísperas de Navidad. “Siempre se da una suba de tasas hacia fin de año. Las empresas deben afrontar el pago de sueldos, aguinaldos y vacaciones y, en general, los individuos son más propensos a retirar el efectivo de los bancos”, expresó a iProfesional.com Rodrigo Benítez, economista del Estudio Alpha. Aldo Abram, director de la consultora Exante, coincidió con Benitez: “Históricamente se registra una suba (de tasas) en diciembre y junio de cada año. La gente tiene más plata y los bancos menos”, dijo Abram. Pensando en las vacaciones Una vez pasado el furor por hacerse de pesos de la segunda quincena de diciembre, en enero se produce un retorno de los fondos a los bancos que, por lo general, recuperan los niveles de liquidez previos con la consiguiente reducción del tipo de interés. “La suba que se registra en la última quincena del año tiende a normalizarse en enero y febrero, que son los momentos en los que se gasta ese dinero” explicó Abram. Para conocer esta evolución en las tasas, iProfesional.com comparó lo sucedido en los últimos tres años con el costo del dinero. De la lectura del gráfico, para el lapso comprendido entre principios de diciembre de cada año y fines de enero del siguiente, se pueden extraer algunas conclusiones interesantes:
De la simple lectura del gráfico podría en principio arriesgarse que es poco probable que los movimientos sean pronunciados. Evolución de los depósitos A lo largo de los primeros seis meses del año las imposiciones a plazo habían subido un módico 3,3%, con el agravante que se concentraban a menos de 30 días. Como contrapartida, en el transcurso de este segundo semestre, el flujo de fondos total se multiplicó nada menos que por cinco. Tamaña diferencia entre uno y otro período son la más clara evidencia del cambio de tendencia. En este contexto, octubre fue el mes “estrella”, pues su crecimiento duplicó al promedio de los meses anteriores. Pero esa expansión tuvo como correlato el inicio de la declinación de la tasa de interés que, en apenas unas semanas, perdió más de 2 puntos porcentuales y desactivó la famosa bicicleta financiera (esto es: vender dólares, armar un plazo fijo a corto plazo – atraídos por la tasa - y luego, con el producido, recomprar divisas. Mecanismo que además contempla la compra de dólar futuro - al plazo de vencimiento de la colocación - por si éste aumenta en el interín). Un reciente informe de la consultora Econométrica apunta que “los depósitos privados se incrementaron notablemente en los últimos meses, acumulando una suba de $12.100 millones en lo que va del año. De ese total casi la mitad - $5.100 millones - se dio sólo en octubre”. Otro rasgo saliente del semestre fue el alargamiento de los plazos, una estrategia elegida por los ahorristas para al menos hacerse de un interés frente a un dólar estático. Como resultado de ello, los depósitos menores a 60 días perdieron casi 5 puntos porcentuales de participación en el total, que fueron transferidos en gran parte a las colocaciones que van entre 90 y 179 días. De la información estadística brindada por el Banco Central surge que quienes mejor capitalizaron esta situación fueron los pequeños inversores, ya que su participación en el total muestra un leve aumento a lo largo de los últimos meses.
¿Qué ocurrirá este verano? La pregunta que se hace el mercado es si este año la situación se repetirá o si, debido a la liquidez reinante, no incidirá en unos rendimientos que ya son francamente negativos en términos de inflación. Benítez consideró: “Las tasas de interés las seguimos viendo bajas, por los altos niveles de liquidez. Al revertirse la salida de capitales, el Banco Central ha vuelto a inyectar pesos, generando un mayor flujo de dinero en moneda local. Se da en un contexto en el cual el crédito no creció a los niveles que mostraba antes. Es decir, se ha recuperado la liquidez pero la demanda de crédito sigue retraída”. Esto hará que, a pesar de la mayor demanda de dinero por parte de la población - típica de finales de año – “la suba de las tasas de interés seguramente será menor a la ocurrida en años anteriores”, agregó Benitez. ”Para enero y febrero se mantendrán estables y cercana a los valores actuales”, concluyó. Por su parte Abram indicó que “este año nos encontramos en un contexto mucho mejor que el del pasado. Hacia fines de 2008 estábamos en plena crisis mundial y, a nivel local, se llevaron adelante cambios profundos en el sistema previsional”.
Fuente: iProfesional
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