Por la baja de tasas, caen los plazos fijos por primera vez en seis meses

lunes, 07 de diciembre de 2009

El retroceso coincide con una baja de tasas pasivas en el sistema. Hoy un plazo fijo minorista a 30 días paga menos del 10%. Estiman, sin embargo, que la renta no bajaría mucho más en el corto plazo

La reciente baja de tasas, producto de la abultada liquidez reinante en el sistema, modificó en la última semana el crecimiento semanal que venían sosteniendo los plazos fijos en los bancos a lo largo del último semestre. En concreto, durante todas las semanas desde el 31 de julio en adelante, el stock de colocaciones a plazo registró aumentos pero en los últimos cinco días de noviembre, la tendencia cambió. De esta manera, del 20 al 27 de noviembre, según los últimos datos del Banco Central (BCRA), el stock total de colocaciones a plazo pasó de $ 64.765 millones a $ 64.658 millones, es decir un retroceso de $ 107 millones.

En rigor, se trata de la segunda caída en ese período. En la semana del 14 al 21 de agosto, los plazos fijos también habían caído, pero se trató de una pérdida marginal: en ese entonces el rojo fue sólo de $ 3 millones. En esta oportunidad, si bien la cifra tampoco es alarmante, se trata de un número que podría llegar a prender la luz de alerta.

La caída coincide con un reciente recorte en las tasas pasivas. La semana pasada el interés que pagan los bancos privados por sus depósitos de más de $ 1 millón a 30 días (mayoristas), reflejado en la tasa Badlar, se hundió por primera vez en el año por debajo del 10%, cuando hasta hace poco más de tres meses los clientes percibían cerca de un 14% por estas colocaciones. De esta manera, los ahorristas están percibiendo un menor incentivo por colocar su dinero en lo bancos, con una rentabilidad que no le gana a la inflación, que según estimaciones privadas se ubica en torno a un 15% anual.

Así y todo, en los bancos están tranquilos debido a que en el mercado descartan que las tasas sigan su camino bajista. El límite, señalan, es un piso inflacionario en torno a los niveles actuales, pero reconocen que, con expectativas de crecimiento para la economía en 2010, estarán unos puntos por encima. De este modo, se especula con que la entidad que conduce Martín Redrado no tendría demasiado margen de maniobra para seguir abaratando el costo del dinero.

A partir de julio, con un viento de cola más favorable para el país y un tipo de cambio más estable, el Central empezó a reducir las tasas de pases pasivos y activos de cortísimo plazo depósitos y préstamos que los bancos operan con la entidad monetaria que sirven como referencia para el resto del mercado. En rigor, pasaron de estar en niveles de casi 12% en julio hasta su nivel actual de 9,5%. Esta reducción se trasladó de inmediato al interés que rinden los depósitos bancarios –con el fin de mantener el spread de ganancias–. A su vez, con algo más de rezago, las tasas activas también bajaron: los personales, por ejemplo, lo hicieron cerca de 800 puntos básicos.

Pero la despreocupación de las entidades financieras, más allá de un stop en la caída de la renta y la brutal liquidez, tiene otro ingrediente: la certeza de que el tipo de cambio se mantendrá estable en el corto plazo. “Aunque las tasas son negativas en términos reales, los ahorristas exigen menos renta como contracara de un dólar estable y perspectivas de devaluación desinfladas”, dijo a este medio ediciones atrás un analista. Hace meses que la avidez del público por los billetes verdes se apaciguó. De hecho, el dólar está anclado entre $ 3,82 y $ 3,84 desde ese entonces. Y los precios de los contratos futuros indican que el panorama permanecerá calmo. A menos, claro, que surja algún contratiempo, como puede ser una frustración del nuevo canje de deuda.
 

 

Fuente: El Cronista