EN 2005, ANTES DEL PAGO AL FONDO MONETARIO, LLEGABA AL 5%

Efecto Bicentenario: el Central pasará a tener 44% de su activo en bonos

jueves, 17 de diciembre de 2009

Sumando el bono que recibió por el pago al FMI y el que se colocará ahora, la autoridad monetaria contará con u$s 16.400 millones en títulos a diez años sin cotización y que no pueden ser vendidos en el mercado financiero

El impacto del Fondo del Bicentenario que anunció Amado Boudou no es limitado para el Banco Central. Si bien no hay riesgo en cuanto al poder de fuego para controlar el tipo de cambio o en la cobertura de los pesos emitidos, lo cierto es que el activo del BCRA quedará deteriorado. Primero, no es lo mismo tener activos líquidos como los dólares contantes y sonantes que bonos del Gobierno que carecen de cotización y son intransferibles. No es la primera vez que pasa: en 2005 cuando se anunció el pago al FMI, también Néstor Kirchner les colocó un título por u$s 9.800 millones al Central. Ahora, el monto asciende a u$s 6.600 millones, que serán retribuidos en la misma forma. O sea, un bono a 10 años con un valor de mercado desconocido (porque no cotiza) que estará en las arcas de la autoridad monetaria durante una década. Es más, según Finsoport, después de consumarse la entrega del bono por esta última movida oficial, el BCRA tendrá el 44% de su activo explicado por títulos públicos. Para peor, la evolución es más que desfavorable. Antes de “bono FMI”, el peso de la deuda local era del 5% y luego del pago cash al organismo se disparó la tenencia del Central en títulos al 27%. La autoridad monetaria pasará a tener u$s 16.400 millones en títulos intransferibles a 10 años que paga todo el capital al vencimiento. Nadie en el mercado hubiera comprado un bono de estas características.

Otra dato que dejará la movida oficial es que las reservas de libre disponibilidad (que eran de u$s 17.000 millones) pasarán a retrotraerse a sus niveles de hace casi tres años atrás. La diferencia es que cuando el Gobierno canceló la deuda con el FMI, se llevó la totalidad de las reservas de libre disponibilidad. En el caso reciente, Boudou habrá captado el 33% de ese atesoramiento “excedente”. ¿Consuelo de tontos? Algunos creen que la dinámica puede hacer peligrar los poco más de u$s 10.000 millones que restan. La cuenta es que el Gobierno, con este antecedente, no tardará en colocarle otro bono al Central por esos dólares en caso de necesitarlo.

Los economistas de Finsoport se preguntan cuánto tiempo tardará el Central en recuperar las reservas forzadamente cedidas al Gobierno. “La evidencia empírica señala que los fondos que pasará a administrar la Tesorería requirieron un período de acumulación de 30 meses (turbulencias externas e internas, mediante). La recuperación, con ‘viento a favor’, se producirá en el transcurso de 2010”, dice. La comparación con la cancelación al FMI brinda diferencias (en el proceso de acumulación) y similitudes (en el de recuperación). El estudio dice que en aquella oportunidad, el Fondo se llevó 14 meses de acumulación de reservas, mientras que el proceso de recomposición resultó relativamente acelerado (9 meses), un lapso equivalente (quizás superior) al que demandará el proceso actual.

Los economistas coinciden en que la pérdida de reservas no debilita el poder del fuego del BCRA. Por un lado, el respaldo del M3 privado (los billetes y monedas en poder del público más los depósitos del sector privado tanto en moneda local como extranjera) descenderá aunque continuará resultando elevado. Finsoport advierte que tenderá a ubicarse en niveles próximos al que registraba en los meses previos a la crisis subprime. Parte importante de la buena perspectiva es que los dólares seguirán ingresando y presionarán (hacia abajo) al tipo de cambio. Esto quiere decir que el Central tendrá margen para comprar divisas en el circuito cambiario y sumar dólares a sus arcas. “Habrá un excedente de divisas comerciales para 2010 (por precios y cantidades de la producción exportable), que auguran una situación desahogada en el mercado cambiario, considerando el brusco descenso que ha registrado la formación de activos externos privados desde el trimestre pasado”, acota Finsoport.
 

Fuente: El Cronista