BANCARIAS

La guerra con los K desata una interna en el directorio del Central

jueves, 07 de enero de 2010

Los directores alineados con el oficialismo empezaron a “operar” contra el presidente. En el mercado creen que la renuncia es inminente. Temen por un “operativo descrédito” contra Redrado, un potencial “Cobos versión 2010”

“Hasta hace cinco minutos sí...mañana ya no sabemos”. La brutal y sincera respuesta se escuchaba ayer por la noche en los pasillos del Banco Central con respecto a la permanencia o no de Martín Redrado en su cargo. La noticia cayó como un balde de agua fría tanto a Redrado como al resto del directorio, por lo menos los que están más alineados con el presidente del BCRA. “Martín quiere quedarse y estamos trabajando con esa idea”, dijo escuetamente un alto funcionario de la entidad monetaria que responde a Redrado. Claro, la certidumbre de las primeras horas, una suerte de “patriada” de Redrado contra la embestida kirchnerista, empezó a flaquear con el correr de las horas. O, por lo menos, a generar más dudas acerca de la fortaleza para atrincherarse en Reconquista 266.

No fueron pocos los rumores y las historias que se escucharon. Algunos aseveraban que el pedido de renuncia de Cristina Fernández “le era funcional” a Redrado, bajo el argumento de que si era capaz de resistir, podría convertirse en un “Cobos versión 2010”. La torpeza del oficialismo, que arremete contra los únicos dos funcionarios que no puede echar directamente (el vicepresidente de la Nación y el titular del BCRA), podría posicionar a Redrado en una carrera política. Es habitual que los funcionarios del Central tengan reuniones con distintos actores políticos, pero cuentan fuentes bien informadas que la agenda de Redrado –hace un tiempo– es un poco más ambiciosa. Operadores políticos hablan de un acercamiento entre el hasta ahora titular del Central y el espectro opositor. “Todos están trabajando para el post kirchnerismo, y la figura de Redrado podría calzar en alguna plataforma política”, comentan. Algunos imaginan una alianza con Julio Cobos, el presidenciable del radicalismo para el 2011.

La guerra por los u$s 6.500 millones que el Gobierno intentan manotearle al Central también desnudó una interna en el directorio de la entidad. Fuentes allegadas a los hechos contaron que algunos miembros del directorio “bajaban línea a la Casa Rosada” con respecto de la postura de Redrado. Las miradas recayeron sobre los cuatro ultrakirchneristas: Gabriela Ciganotto (amiga personal de CFK), Waldo José María Farías (ex Lotería Nacional), Carlos Sanchéz (ex ministro de Economía de Santa Cruz) y Sergio Chodos (ex ANSeS). Las versiones que más se escuchaban ayer hablaban de una división en el directorio del BCRA, donde los más “oficialistas” empezaron a operar en contra de Redrado. Incluso, algunos señalaban a Chodos como uno de los más activos en esta movida. Estos mismos recuerdan el desplante de Redrado al ex ANSeS cuando éste se postuló como Superintendente de Entidades Financieras. El titular del BCRA negoció personalmente con Cristina para que el cargo quedase en manos de otro kirchnerista, Carlos Sánchez, si bien Chodos contaba con el aval de Amado Boudou y en beneplácito presidencial. La pelea política produjo una crisis en el directorio que los más allegados a Redrado no tratan de ocultar. “Todo el directorio tiene que firmar los papeles para aprobar el giro al Fondo. O sea, si legalmente termina siendo un disparate no se salvan de tener que rendir cuentas en la Justicia”, decían anoche en el Central.

En el BCRA también temen que comience el operativo desprestigio a Redrado y a la entidad. En ese sentido, empezaron a circular versiones acerca de potenciales denuncias del Gobierno a ciertos manejos de la mesa de operaciones del Central.

El desenlace pareciera ser inminente y ayer por la noche muchos vaticinaban un final cantado: la renuncia –tarde o temprano– de Redrado. Pareciera insostenible mantenerse hasta septiembre (cuando vence su mandato de seis años) en plena guerra con el Ejecutivo, sin el apoyo de las entidades financieras y el tibio acompañamiento de la oposición. Todo indicaría que no podrá cumplir su viejo anhelo de convertirse en el segundo presidente del Central que más tiempo estuvo en su cargo, a pesar de haberse mantenido en el “metro cuadro” que –dice Redrado– otorga el estilo K.

Fuente: El Cronista