DESDE EL AÑO 2000 HASTA HOY, SE SUCEDIERON SEIS TITULARES

Un barco difícil de timonear: hasta ahora sólo un presidente terminó su mandato

jueves, 07 de enero de 2010

En reiteradas ocasiones, Redrado expresó su deseo de convertirse en el segundo titular del BCRA en completar su mandato. Sin embargo, esa meta corre peligro desde ayer. Luego de que la Cristina de Kirchner le pidió la renuncia, el actual presidente del Central podría pasar a la historia como uno más de los que dejaron su cargo conflictivamente

Se dice que mal de muchos es consuelo de tontos. Sin embargo, por estas horas Martín Redrado debe reconfortarse un poco pensando que, al menos, no es el único presidente del Banco Central (BCRA) que ha tenido conflictos con el Poder Ejecutivo en la Argentina. Por el contrario, si llega a tener que irse antes de septiembre, Redrado no podrá, tal como desea, convertirse en el segundo titular en la historia de la autoridad monetaria en cumplir con su mandato.

El cargo de presidente del Central fue siempre conflictivo. Desde que se creó en 1935, sólo su primer presidente, Ernesto Bosch, logró cumplir su mandato. Sin embargo, esos primeros años del Central no estuvieron exentos de escándalos. Aunque Bosch se fue en 1945, el gerente general del Banco, Raúl Prebisch –quien era una figura más prestigiosa que el presidente del BCRA en el mundo económico de la época– tuvo que renunciar anticipadamente. Al ocurrir el golpe de Estado dirigido por el GOU (Grupo de oficiales unidos) en 1943, por una típica picardía criolla, Prebisch fue virtualmente echado. Se hizo rodar la falsa noticia de que “habría presentado su renuncia”. Presionado, el funcionario dejó el cargo.

Luego del mandato de Bosch, la entidad monetaria fue cambiando de autoridades más rápido que quien cambia de camisa. La Argentina tuvo 33 presidentes de la Nación y cerca de 50 titulares del Central. Incluso hubo algunos de ellos que no llegaron a durar un mes al frente del organismo: es el caso de Antonio Micele, quien estuvo del 30 de junio de al 26 de julio, en el gobierno de Onganía.

Sin embargo, el escándalo más resonante lo protagonizó Pedro Pou nueve años atrás. Tras haber sido nombrado en 1996 para reemplazar a Roque Fernández, la administración de Carlos Menem lo ratificó en 1998 para un período completo de seis años hasta 2004. Sin embargo, un año después la figura de Pou ya estaba manchada por la controversia. La administración de Fernando de la Rúa, que acababa de asumir, le reprochaba su defensa de la dolarización. Además, Pou tuvo de entrada una relación muy conflictiva con los ministros de Economía de la nueva administración, José Luis Machinea y Ricardo López Murphy. Sin embargo, lo que llevó a la remoción de Pou a mediados de 2001 fueron las fuertes denuncias de corrupción que pesaban sobre él. Se lo acusaba de encubrir operaciones de lavado de dinero de grandes bancos, entre ellos el República, propiedad de Raúl Moneta; y de irregularidades en la liquidación de ciertos bancos, como el Patricios y el Mayo.

Pou se fue así en medio del escándalo, y quien asumió entonces, Roque Maccarone, no tuvo mucha mejor suerte. De hecho, Maccarone apenas presidió el Central por ocho meses: tras sobrevivir a las renuncias de de la Rúa y Cavallo a sus cargos, renunció en enero de 2002 luego de denunciar “una campaña de desprestigio” en su contra.

Quien lo sucedió fue el actual candidato del Gobierno para reemplazar a Redrado: Mario Blejer. Sin embargo, una fuerte disputa con el entonces ministro de economía, Roberto Lavagna, terminó con la salida de Blejer el 25 de junio de 2002. En su carta de renuncia, el economista advirtió acerca de la pérdida de independencia de la autoridad monetaria. “Un punto que debo enfatizar se relaciona con la preservación de la independencia del BCRA. Esa independencia se ha visto reiteradamente debilitada en los últimos tiempos”, indicó.

El reemplazante de Blejer fue su vicepresidente, Aldo Pignanelli, quien tras sucesivos encontronazos con el equipo económico de Lavagna también se vio forzado a dejar el cargo en diciembre del mismo año.

El economista Alfonso Prat-Gay fue la elección de Duhalde para conducir el Central tras la salida de Pignanelli. Sería el cuarto presidente en ese año traumático para la Argentina. Y si bien Prat-Gay permaneció en su cargo hasta el final del gobierno de Duhalde, no pudo adaptarse al estilo “K”. Tras un año de quejas y reclamos, Prat Gay dejó el cargo en septiembre de 2004. Desde entonces, es Redrado quien timonea el barco. Al menos, por ahora.

 

Fuente: El Cronista