El "nuevo" BCRA inicia contactos con sectores de la producción

jueves, 18 de febrero de 2010

Procura conocer qué financiamiento necesitan las empresas para favorecer la inversión.

El Gobierno pondrá en marcha hoy la ronda de consultas mediante la que intenta identificar qué sectores de la producción enfrentan problemas para "seguir el ritmo de la demanda", una restricción a la que el kirchnerismo atribuye buena parte de la culpa por la aceleración de la suba de precios.

Quien dará el puntapié inicial a lo que aspira a convertirse en un relevamiento será la nueva presidenta del Banco Central (BCRA), Mercedes Marcó del Pont, al recibir esta tarde al comité ejecutivo y a los especialistas a cargo del Departamento de Economía de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), la gremial empresaria que agrupa a cámaras y a empresas de la industria de la alimentación y de las bebidas.

La iniciativa forma parte de una estrategia con la que Marcó del Pont busca tener información de "primera mano" sobre la realidad de los distintos sectores productivos para intentar actuar luego sobre los formadores de precios "con un mix de zanahorias y palos", explicaron desde la entidad.

A esa figura suele acudir la funcionaria aludiendo a un sistema de premios (incentivos) y castigos (restricciones normativas o reglamentarias) que, en los hechos, persuada a los empresarios a ampliar la oferta de productos y servicios. El objetivo final, al menos en el terreno de las intenciones, es evitar restricciones especialmente en los vinculados a la canasta básica de alimentos.

La nueva presidenta del BCRA asume de esta manera un rol que, en teoría, correspondería desarrollar al ministro de Economía, Amado Boudou (quien aparece más preocupado por atender las cuestiones relacionadas con el demorado canje de la deuda), o su la ministra de Industria y Turismo, Débora Giorgi, un dato que a juicio de quienes siguen los movimientos oficiales, indica que Marcó del Pont gana lugar en la consideración de la Casa Rosada.

Pero desde el BCRA relativizan ese dato. "Vamos a trabajar de manera coordinada con el resto de las áreas de Gobierno", repiten aunque el objetivo que persigue el denominado Consejo de Coordinación restringió su rol a la armonización en política monetaria, financiera y cambiaria.

"La idea es tener un mapeo de sus necesidades de financiamiento y de sus proyectos de inversión para ver qué se puede aportar desde aquí para que el sistema financiero las atienda de manera que se canalicen recursos ociosos hacia la producción", anticiparon ayer desde el BCRA.

En este sentido, admiten que estarán particularmente atentos a los "cuellos de botella" que puedan estar registrándose en los distintos rubros, dado que la reunión de hoy iniciará una serie que continuará en breve con los textiles y la que serán invitados a participar las distintas cámaras sectoriales.

Obstáculos
"Iremos a plantearle las dificultades que encontramos para conseguir financiamiento en condiciones adecuadas para facilitar la inversión y los obstáculos que las empresas encuentran a la hora de intentar acceder a cualquier tipo de préstamos por la superposición de normas o los rígidos requerimientos informativos", adelantó a LA NACION Daniel Funes de Rioja, quien preside el comité ejecutivo de la Copal y encabezará hoy la delegación visitante.

"Son preocupaciones que desde la UIA o la propia Copal ya le planteamos en su momento al jefe de Gabinete", recordó el ejecutivo.

A juzgar por los datos que surgen de la propia información oficial, al Gobierno no le será fácil estimular la oferta. Según el último relevamiento sobre la "situación y expectativas del sector industrial", difundido a fin de enero por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), sólo el 8,9% de las firmas relevadas en el estimador mensual prevé realizar nuevas inversiones productivas durante el trimestre en curso, mientras un 64,2% no tiene previsto hacerlas.

Además, entre los que encararon mejoras y destinaron fondos con ese objetivo 37,9% lo hicieron para mejorar la calidad de sus productos o servicios; 19,3% para optimizar el aprovechamiento de los insumos y sólo una minoría (16.6%) para aumentar la producción.

 

Fuente: La Nación