Finanzas

Locos por las compras: el financiamiento al consumo llegó a su récord histórico

martes, 20 de abril de 2010

En los últimos meses se registró una fuerte suba de la demanda, cuya respuesta son las múltiples acciones implementadas por la mayoría de los bancos

 Una vez superado, al menos en términos de “sensación térmica”, el efecto local de la crisis financiera global, que se hiciera evidente durante buena parte del año pasado, el consumo de las familias muestra, en lo que va de 2010, un despliegue pocas veces visto en muchos años.


Entre las causas que dan lugar a este inusual impulso, pueden mencionarse:
El miedo a una inflación creciente que pone en riesgo consumos futuros y “obliga” a adelantarlos.

La carencia de alternativas de inversión que compitan con la suba de los precios, ya sea plazos fijos o el mismo dólar.

Los planes de compras lanzados por las grandes cadenas de electrodomésticos a tasa fija y a cancelar hasta en 50 cuotas.

Las ofertas de compañías de aviación y hoteles con precios promocionales, que alientan los viajes al exterior, en especial fuera de temporada.
No cabe dudas que las distintas líneas de financiamiento que ofrecen los bancos permiten que este repunte en el nivel de compra de los argentinos pueda consolidarse.

“Para bailar un tango hacen falta dos” dice un viejo dicho popular.

Quien utilizó este concepto para explicar el contexto actual fue Gustavo Giraldez, director de zonaBancos.com, para quien "en este caso, los bailarines son, por un lado los consumidores - ansiosos por financiar sus compras - y por otro, los bancos que tratan de persuadirlos a que lo hagan vía tarjetas de crédito o préstamos personales”.

Para el consumidor, uno de los motivos que alienta la financiación con plástico es que, una vez otorgada, se le adjudica a éste un monto para operar que se mantiene en el tiempo, sin necesidad de realizar engorrosos trámites para su renovación.

Además, no se ve atado a efectuar movimientos de dinero a la hora de realizar sus transacciones a la vez que le permite acceder a los descuentos y beneficios que ofrecen tanto los plásticos como los bancos emisores.

Para estos últimos la operatoria tiene, como principal incentivo, la elevada tasa de interés que aplican.

A dichas tasas se suman costosas comisiones, o directamente el traslado directo de numerosos gastos que refuerzan los denominados “ingresos por servicios” que son, junto con los ingresos financieros, una de las principales fuentes de rentabilidad.

Al respecto, Rodrigo Benitez, economista senior del Estudio Alpha, sostiene que “los bancos prefieren estas líneas porque el interés promedio que devengan es mayor que el de los créditos comerciales”.

En la visión de Marcos Bazán, socio de Deloitte, “todas las entidades construyen su estrategia en torno a los préstamos al consumo. Y en especial los dirigen hacia sus clientes, ofreciéndoles una suma equivalente a una determinada cantidad de sueldos. Cada vez son menos aquellas para las cuales el plástico no figura entre sus prioridades”.

El siguiente cuadro permite apreciar la evolución de las distintas tasas en el tiempo, cuáles son las más costosas, entre las distintas líneas de financiamiento:

 

Tal como puede observarse, el costo para el usuario de recurrir a un préstamo personal o financiarse vía tarjeta, es de casi el doble respecto al que debe afrontar por girar en descubierto, descontar un documento o pagar un crédito hipotecario (salvo en los turbulentos meses de fines del 2008).

En efecto, ambas líneas rondan en la actualidad el 32/34% frente a un promedio del 17% de las restantes.

Pero esta brecha no es una foto, sino una parte de una película de más largo plazo. Como bien muestra el gráfico, esta tendencia se ha mantenido a lo largo de los últimos cinco años.

Sin embargo, y a pesar del elevado costo, la conjunción de la oferta y la demanda dio lugar a que los préstamos destinados al consumo (créditos personales y tarjetas de crédito) hayan alcanzado, a fines de marzo de 2010, el nivel de participación más alto en el total de los préstamos del conjunto del sistema financiero.

Récord
Según la última información disponible publicada por el Banco Central, al cabo del primer trimestre del año, la suma de ambas líneas sumó $51.704 millones, el monto más elevado de toda la serie histórica. De ese total, $31.707 millones corresponden a los préstamos personales y $19.967 a saldos de tarjetas de crédito.

Los primeros muestran un crecimiento del 4,8% en lo que va del año y del 14% en el acumulado de doce meses, en tanto que las tarjetas avanzaron un 3,1% en tres meses y un 26,8% desde marzo de 2009.

De esta forma, representan el 41,1% del total de los préstamos: 25,2% para los personales y el 14,9% para tarjetas de crédito.

 

Este considerable repunte se produce a partir de un recorrido alcista que, a lo largo del último año, hasta superó con creces la inflación “real”, pues el saldo de financiamiento creció, nada más y nada menos, que un 40 por ciento.

Cabe recordar que estos guarismos se dieron en medio de un 2009 en el que la crisis mundial golpeaba con fuerza, generó pérdidas de empleo y supo infundir temores, durante varios meses, a una gran parte de la sociedad.

Aun así, esto no fue un obstáculo para que el ritmo ascendente continúe y ya, habiendo entrado en 2010, se llegara al máximo histórico al finalizar el primer trimestre.

“En los últimos meses esta tendencia se ha acentuado por el rol que han tenido las ventas financiadas con tarjeta de crédito que, al incremento estacional que suelen tener entre enero y marzo, se le han sumado el efecto de las promociones de las tiendas de electrodomésticos”, remarca Benitez.

Para el analista, “esta recuperación del crédito tiene un fuerte impacto sobre el nivel de actividad, a través del consumo privado, dado que ha aportado hasta 4 puntos adicionales al ingreso disponible de los hogares”.

Ahora bien. Ir hacia atrás en el tiempo permite tomar una mayor dimensión del crecimiento.

En efecto, si se tiene en cuenta la conformación de las distintas líneas de crédito de hace cinco años atrás (año 2005), se observa que, en ese entonces, ambas líneas representaban el 24% (14% préstamos y 10% -tan solo- tarjetas).

Este fuerte aumento del financiamiento tiene su correlato en el total de plásticos emitidos por las entidades.

Según el Central, en diciembre de 2009 existían 13,2 millones de titulares, frente a los 11,6 millones que había en marzo de ese año. Cabe apuntar que el último dato conocido marca que se dio un incremento del 120% respecto al registrado en marzo de 2005.

Como contrapartida del aumento de estas líneas, se registró una abrupta caída de los hipotecarios para todo destino, pues pasaron del 24% (marzo 2005) a apenas el 14% en la actualidad.

Consumo, motor del crecimiento
“En las líneas de consumo, la competencia es muy fuerte” resalta Bazán, y da cuenta del que el fuerte atractivo que despierta en la gente, sumado al bajo riesgo percibido, contribuyen a alentar estas vías de financiamiento.

“Esta tendencia se viene consolidando desde 2003 en adelante, con una participación creciente de los individuos como tomadores de crédito. En el último año $6 de cada $10 de crecimiento observado en el crédito fueron canalizados hacia líneas de consumo”, remarca Benitez.

“En los últimos meses también se ha notado una caída en las tasas de interés promedio que se cobran por los créditos personales y esto también ha alentado al crecimiento”, agrega el economista de Alpha.

“Otro de los puntos centrales, en el sistema financiero local, es que los bancos son más efectivos al momento de impulsar estos productos”, opina Bazán, quien agrega: “Hoy se trata de un negocio rentable y lo están explotando a gran escala. Hay que tener en cuenta que los planes que se ven a 50 cuotas, para la Argentina, son considerados de largo plazo”.

Fuente: iProfesional