Finanzas

El porvenir del euro y la recuperación del dólar

lunes, 17 de mayo de 2010

Como consecuencia de la crisis financiera y de la colosal deuda pública registrada por los países occidentales se avecinan nuevas reglas contables con impacto en las cuentas de resultados. También, otra arquitectura financiera y política a nivel mundial a fin de evitar la depresión, la inflación y la moratoria.

 El plan de salvataje de setecientos cincuenta mil millones de euros celebrado recientemente -que se sitúa entre la mitad y la cuarta parte de la masa de dinero que transita diariamente en el mercado de cambios internacional-, no es una solución a largo plazo, porque a raíz de la inexistencia de un gobierno económico no se dirige hacia una cooperación monetaria reforzada, a un federalismo fiscal potente ni a un encuadramiento de la competencia fiscal y social. Ninguno de esos mecanismos se ha puesto en ejecución todavía. Sin embargo, la gente piensa que se encontrará un epílogo a la crisis griega antes de la catástrofe y del riesgo de contagio.
Los Estados miembros registran resultados económicos divergentes. Las perspectivas muestran alrededor de 1 % de crecimiento hasta 2011 y medidas de rigor que no deberían suprimir las dificultades, mientras que el resto del mundo crece a un ritmo de 4 %. Por lo tanto, algunos creen que la zona del euro no tiene los componentes para durar ya que Alemania conduce una política de desinflación salarial no cooperativa.
Los ahorristas perciben que los Estados hicieron promesas de gastar dinero que no se tiene. Comprueban la sanción de leyes que no se cumplen y descubren que tienen un enfermo al que hay que tratar como tal y de nada sirve calificarlo de mitómano. Solamente deben controlar que el Estado y sus bancos no los perjudiquen con anuncios y mensajes engañosos, tratando entonces de obtener información válida y anticipar más allá del presente la evolución de los mercados en los próximos dos años.
Los inversores preguntan sobre la recuperación el dólar frente al euro, y, también, sobre el futuro del oro. Los integrantes de los comités de reflexión de inteligencia económica, cautos, utilizan el silencio como la mejor de las armas y responden que en ese plazo de tiempo no hay estratega en divisas que se atreva a emitir con fundamento un juicio de valor.
Con respecto al euro, la moneda única podría disociarse en dos zonas ya que la actual es poco coherente. La separación o la división sería, por un lado los países productores (Países Bajos, Austria) agrupados alrededor de Alemania y por el otro, los países con déficits comerciales se concentrarían cerca de Francia. Al final habría dos euros cuya paridad cambiaria variaría, como el dólar estadounidense y el canadiense.
En materia de divisas el diálogo será intenso entre China, Japón y los Estados Unidos. En consecuencia, el dólar se mantendrá sin grandes oscilaciones. El yen será cada vez más buscado pese a ciertos movimientos especulativos y el franco suizo será atractivo porque Suiza es un país bien administrado. Quedan las monedas nórdicas que en ningún caso deben ser marginadas, ya que sus dirigentes son recoletos en materia monetaria y presupuestaria. El riguroso protestantismo es bien visto por las diferentes clases de ingresos sociales. Se condena el mal empleo de los dineros públicos y la corrupción.
En cuanto al oro sería aconsejable tener una buena proporción en la cartera de inversiones (alrededor de 15 %/20 %). Con respecto a la cotización del tipo de cambio euro-dólar es probable que se valorice el billete verde, llegando la paridad a 117 dólares por cada euro, apreciación no bien vista por los exportadores estadounidenses.

Fuente: La Nación