Finanzas
lunes, 23 de agosto de 2010
Hay otra vida más allá de las tarjetas y los préstamos dirigidos a la clase media alta. Y está dada por facilitar el crédito a millones de argentinos que, por estar fuera del sistema, pagan costos desmesurados al solicitar dinero.
Cuarenta millones de argentinos. De este total, sólo 18 millones forman parte de la llamada población económicamente activa.
El “embudo” sigue. Apenas 10 millones conforman la masa de asalariados. Y no más de 7 millones poseen cuentas sueldo.
Un sistema chico, que ha tenido una muy lenta evolución (corralito, devaluación y default mediante).
Es que la Argentina sólo tiene el 15% de su gente bancarizada.
Cifras muy exiguas, en comparación con la de otras naciones, para un sistema financiero conformado por más de 80 entidades.
Es verdad que los descuentos y el pago en cuotas con tarjeta –que fueron pensados como un “salvavidas” para sortear la crisis mundial– terminaron asentándose y pasaron a ser un eje central en la estrategia de las entidades.
Pero para los bancos se hace difícil vivir sólo de eso y mantener gastos de estructura, dar aumentos salariales superiores al 20% y enfrentar las regulaciones que imperan en el sistema.
Los directivos de las entidades señalan, micrófono apagado, que hay que comenzar a buscarle otra “vuelta de tuerca” al negocio. Y potenciar otras vías de ingreso.
Sucede que los argentinos tienen “cultura de crisis” y eso los lleva a ser cautelosos a la hora de endeudarse. Compran con la plata en la mano muchos bienes que, en otros países, son apalancados a crédito.
Así sucede, por ejemplo, con los autos. Y con las casas, habida cuenta de que los créditos hipotecarios aún están muy lejos de masificarse para la clase media.
¿Cómo puede hacerse crecer entonces el negocio de prestar dinero en la Argentina? Para muchos, justamente, pasa por apuntarle a la otra cara de la moneda, es decir, a aquella que “no se ve”.
Y esta cara oculta es la que está conformada por los millones de argentinos que no están en el sistema. Por los no bancarizados.
Por captar a quienes hoy por hoy recurren a entidades de segunda línea para solicitar préstamos de “poca plata” y terminan pagando tasas siderales.
O por darle un fuerte empuje a los llamados “microcréditos”, dinero destinado a una gran cantidad de argentinos que encuentran muchas trabas para acceder a los préstamos que ofrece un banco tradicional.
¿Cuánto es esa poca plata? Mucha, en realidad. Cuando se analiza la radiografía de los créditos en la Argentina se observa un dato no menor: El 54% de los préstamos solicitados son menores a 2.500 pesos. Y si se consideran los montos inferiores a $10.000 ese porcentaje trepa al 85 por ciento. 1. El “Efectivo ya” y un negocio millonario Los préstamos al consumo han crecido de manera notoria en el país en estos últimos años.
Reflejo de esto es la proliferación de publicidades que muestran “un mundo mágico”, en el que casi sin trámites -sólo presentando el DNI o el recibo de sueldo- el interesado se hace acreedor de “esos pesitos” que necesita para cumplir su sueño, para luego cancelar ese crédito en una enormidad de pequeñas cuotas.
GE Money, Credilogros, EfectivoSi y Credil, son algunas de las tantas instituciones que han crecido de manera sorprendente, a la luz de los créditos “rapiditos”.
Y esto no ha pasado inadvertido a los ojos de las grandes entidades.
Sucede que este mercado mueve casi unos $2.000 millones y se ha dado el caso de firmas como Compañía Financiera Argentina (EfectivoSi), que escalaron hasta ocupar un destacado lugar en el ranking de las entidades top, desplazando a bancos de renombre, tal como puede verse en la infografía:
Las tasas que cobran por este dinero, de relativamente fácil obtención, resultan sorprendentes:
Como era de esperar, en este último tiempo se han registrado importantes compras de grandes entidades que le echaron el ojo a este segmento. Dentro de estos casos se pueden mencionar:
BNP Paribas, que cuenta con Cetelem Banco Galicia, que compró EfectivoSí (Compañía Financiera Argentina) Banco Supervielle, que ya es dueño de la unidad de negocios GE Money-Wallmart (principal emisor de Mastercard) Banco Comafi, que adquirió al Citi la tarjeta Provencred y Credilogros. 2. Los “microcréditos”, otra línea que cobrará protagonismo Otra vía de financiamiento que se apunta a que crezca de manera significativa es la de los microcréditos.
¿Qué son los microcréditos? Son pequeños préstamos realizados a personas de menores recursos, que no pueden acceder a los créditos que otorga un banco tradicional.
Al no calificar, estos particulares, muchos de ellos cuentapropistas, o bien dueños de microempresas, acuden a los llamados “loan shark” (tiburones de préstamos o prestamistas oportunistas), que les cobran intereses considerados de usura por las leyes del comercio internacional (5% a la semana o 30% al mes).
Este caudal de personas -representado por millones de argentinos- ha comenzado a ser visto por las entidades no como un riesgo sino como una oportunidad para ampliar las vías de ingreso.
Los directivos del sector lo llaman “ir en búsqueda de la base de la pirámide social”, habida cuenta que el estrato superior (la parte de la pirámide más alta) ya se encuentra bien atendida y hasta saturada en algunas líneas de financiamiento.
Pero además hay otro factor que los lleva a prestarle más atención.
Son concientes de que los “microcréditos” tendrán un rol preponderante dentro de la nueva ley de entidades financieras y hasta legalmente deberán responder por pisos mínimos que deberán cumplimentar.
Pero más allá de lo jurídico, muchos bancos saben que el hecho de avanzar en estas líneas terminará siendo una estrategia más que redituable.
Al respecto, un informe de La Corporación Financiera Internacional (CFI) estimó que su penetración en la Argentina es apenas superior al 3%, frente a índices que, en el caso de Chile o Perú, oscilan entre el 25 y el 30 por ciento.
“Son una herramienta de enorme potencial, si se la compara con lo que ocurre en otros países de la región”, sostuvo Pablo Caride, Director ejecutivo de Fundación Andares, en diálogo con iProfesional.com.
Algunos bancos ya pusieron primera Muchos bancos ya han tomado cartas en el asunto y han apurado sus primeros pasos.
Instituciones de la talla de Banco Provincia, el BBVA Francés, el Supervielle y el Columbia son algunos de ellos.
En tal sentido, el Supervielle firmó un acuerdo con la empresa de “Microfinanzas Cordial” mediante el cual ofrecerá paquetes de productos para aquellos clientes que demuestren puntualidad en sus pagos.
Con esta iniciativa brinda la posibilidad, hasta ahora vedada, de acceder a todas las facilidades de operar a través de la red de cajeros del sistema.
Otra entidad financiera muy activa en este segmento es Columbia, que no sólo ofrece financiación sino también otras prestaciones, como seguros médicos.
Por el lado de la banca oficial, el más activo es el Banco Provincia, a través de Provincia Microempresas, cuya cartera ya logró extenderse a unos 1.900 clientes.
Por otra parte, el BBVA adquirió la división de microcréditos de la “Fundación Grameen Mendoza”, fundada por Mónica Pescarmona, cuya cartera supera los 1.100 clientes y apunta a convertirse en la principal entidad del país en este tipo de finaciamientos.
"Nuestro objetivo es promover la inclusión financiera y facilitar que las personas que actualmente están excluidas del sistema convencional puedan acceder a productos y servicios financieros”, afirmó su presidente Manuel Méndez del Río.
La Fundación Microfinanzas BBVA está consolidando su actividad en América Latina y ya tiene presencia en Perú, Colombia, Puerto Rico y Chile. Atiende, a través de sus entidades “microfinancieras”, a más de más de 525.000 clientes, cuenta con una red de 232 oficinas y 2.900 empleados.
“Sus beneficiarios son personas que están excluidas del sistema bancario que, de esta forma, tienen la posibilidad de acceder a los servicios al igual que el resto de la población”, agregó Caride, ejecutivo de la fundación presidida por el propio Alfonso Prat Gay.
En cuanto a las tasas de interés “en la medida en que aumente el volumen y se gane en escala, irán bajando tal como ocurrió en otros países, en los que ya están al mismo nivel que las de la banca comercial”, sostuvo Caride.
Nueva ley para el Sistema Financiero Argentino Los microcréditos ocupan un lugar sumamente destacado en los dos proyectos presentados en la Cámara de Diputados para reformar la actual ley de entidades financieras.
La iniciativa del diputado Carlos Heller establece que “deberán destinar, directa o indirectamente, no menos de un 38% del total de sus financiaciones al sector privado a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) y un 2% a microemprendimientos”.
Este porcentaje, pequeño en apariencia, implicaría un salto trascendente en los montos a financiar, pues pasaría de los $140 millones actuales a unos $3.200 millones.
Por su parte, el proyecto impulsado por el diputado Gerardo Milman contempla la creación de Bancos de Microcréditos, con el objetivo de brindarles un marco regulatorio y de supervisión.
Al respecto, considera que los mismos "también podrán constituirse bajo la forma de cooperativas o como entidades autárquicas municipales”.
“Tendrán como único objeto brindar microcréditos a todo individuo y/o emprendimiento que, por sus características y condiciones, no puedan acceder a otras líneas de financiamiento”, destaca el diputado en su iniciativa.
El dinero otorgado “podrá ser para emprendimientos personales o para acciones conjuntas a largo, mediano o corto plazo”, resaltó.
Respecto de las facultades que contarán estos Bancos de Microcréditos, establece que:
Podrán recibir depósitos a plazos. Otorgar avales, fianzas u otras garantías. Emitir obligaciones negociables. Promover y apoyar actividades de comercio interior y exterior. El Banco Central ya hizo su parte En este contexto, cobra relevancia un paso dado por el Banco Central a partir de la Circular A 4891, por la que comenzó a incentivar a las entidades financieras locales a financiar a este sector. Entre los puntos más importantes se destacan:
Destino de los préstamos: personas físicas o grupos asociativos de bajos recursos, que realicen actividades por cuenta propia. Límite individual: el capital adeudado en ningún momento podrá superar los $15.000 por cliente. Periodicidad de la cuota: en función de los ciclos económicos que correspondan a la actividad desarrollada. Originación de los créditos: el otorgamiento de las financiaciones podrá efectuarse en forma directa al demandante del crédito o a través de la gestión de empresas relacionadas con el emprendimiento. "Los microcréditos conllevan una mejora muy grande en la vida de personas que no tienen acceso a la banca tradicional", sostuvo la directora del Cenes, la economista Marta Bekerman.
En tanto, Méndez del Río, sostuvo que con esto “se ayuda a muchísima gente a desarrollar una actividad productiva”.
Además de analizar la viabilidad económica de cada iniciativa, el objetivo es ayudar a salir de la informalidad gradualmente y, si fuera posible, hacer de la persona un pequeño empresario.
Este instrumento surgió en Argentina a fines de los ochenta, bajo la forma de emprendimientos voluntarios, pero comenzó a tener mayor impulso con la presencia de donantes e inversores nacionales e internacionales.
En cuanto a las tasas de interés, en esta etapa de desarrollo son naturalmente superiores a las de los bancos comerciales, básicamente por la forma en que se gestiona y administra cada crédito, que adquiere características de “artesanal”.
Fuente: iProfesional
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