Impulsan en el Congreso proyectos que obligan al Banco Central a adoptar metas de inflación

lunes, 25 de julio de 2011

Dos iniciativas en el Senado buscan que la entidad rectora incorpore en su Carta Orgánica la obligatoriedad de dar a conocer pronósticos para la inflación y que actúe en consecuencia. Una tercera iniciativa, en cambio, pretende obligar a la entidad monetaria a ?coordinar su cometido con el Poder Ejecutivo?.

Hace algunos días, el ex ministro de Economía de Chile, Alejandro Foxley, dejó con la boca abierta a su auditorio argentino. En el Marriott Plaza, el ex funcionario recordó su experiencia al negociar con gremios e instaurar el sistema de metas de inflación que, dijo, le permitió a su país reducir el avance de precios desde el 30% anual al 12% en cuatro años, tras la dictadura de Augusto Pinochet.

Ahora, dos proyectos que buscan modificar el artículo 3 de la Carta Orgánica del Banco Central inquietan a la Comisión de Economía del Senado y porfían establecer la obligatoriedad para que la entidad deba incluir en su programa monetario la meta de inflación anual. Se trata del proyecto de los senadores Carlos Reutemann (PJ-Santa Fe) y de la presidenta de la Comisión de Economía, la radical Laura Montero (Mendoza).

A diferencia de lo que actualmente ocurre, donde no hay guarismo inflacionario por parte del Central y deben derivarse de las metas monetarias los números lógicos que acompañan esa política de emisión, el proyecto de Reutemann señala que el BCRA deberá dar publicidad y remitir a ambas Cámaras del Honorable Congreso de la Nación, antes del inicio de cada ejercicio anual, su programa monetario para el ejercicio siguiente. El programa monetario deberá incluir la meta de inflación anual establecida por su Directorio de conformidad al Presupuesto General de Gastos y Cálculo de Recursos que vaya a regir para dicho ejercicio y un rango para la cantidad de dinero para cada uno de los trimestres que sea compatible con la meta establecida.

El trabajo del senador santafecino va más allá señalando que cada vez que haya desvíos respecto de las metas informadas deberá informar a ambas Cámaras del Honorable Congreso de la Nación las causas del desvío y la nueva programación?. Por último, señala que el incumplimiento de la obligación de informar o de la meta de inflación por parte de los integrantes del directorio del Central será causal de remoción...

Por su parte, Montero señala en su proyecto que el BCRA deberá dar a publicidad y presentar antes del inicio de cada ejercicio anual, su programa monetario y meta de inflación para el ejercicio siguiente. Con periodicidad anual o cuando se prevea un desvío significativo de las metas enunciadas, deberá hacer públicas las causas del desvío y las acciones previstas para corregirlo.

Para los especialistas ortodoxos, las metas de inflación son un objetivo en que el Banco Central dirige todo su trabajo monetario a cumplir una determinada meta y reconocen que su implementación requiere la autonomía de la entidad, suficiente capacidad analítica y disponibilidad de datos de parte de ese banco, precios no regulados y un sistema financiero con mecanismos eficaces para la transmisión de la política monetaria.

Para Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, la aplicación de metas de inflación es deseable si se cuenta, primero, con un instituto que mida los precios en forma realista. ?No se puede aplicar metas sin un Indec que haga su trabajo en forma correcta, porque cuando uno se propone cumplir un plan ordenado como es el de metas de inflación, no puede luego ceder a la presión del Poder Ejecutivo.

Según Abram, como la Constitución establece que el BCRA tiene la obligación de mantener la estabilidad del valor de la moneda, la función de las metas de inflación debe ser instrumentada desde el Congreso y controlar que el Central las cumpla?. A la vez, el economista señala que un Banco Central con metas de inflación implica que haya un interés verdadero detrás de abstenerse de hacer transferencias de recursos al Tesoro e intervenir en el mercado de cambios, ?dos funciones para lo cual el BCRA utiliza los pesos que emite y provocan inflación.

Sin embargo, hay quienes ven en los cambios una fortaleza. Ya en septiembre de 2010, y a propósito de debatirse en el Senado los proyectos arriba citados, el ex presidente del Banco Central, Mario Blejer, sostuvo que en el mundo hay un cambio de paradigma respecto de los objetivos de los bancos centrales como consecuencia de la crisis financiera internacional, con lo que implícitamente avaló la modificación en la carta orgánica que propone la autoridad monetaria argentina. Blejer destacó en esa oportunidad que el paradigma que primó en los 90, según el cual el ideal era contar con un Central independiente con un objetivo único que era la preservación de la moneda, tuvo su punto final entre 2007 y 2008. La unicidad del objetivo era ficticio, indicó.

Una tercera iniciativa también tiene lugar en el Congreso. Es el de la legisladora oficialista Blanca Osuna (Entre Ríos) quien impulsa el tratamiento de un proyecto de su autoría que si bien no hace modificaciones con respecto a las metas de inflación, sí en cambio pretende modificar el emblemático artículo 3 de la Carta Orgánica del BCRA, que fija sus objetivos y funciones, para obligar a la entidad a coordinar su cometido con el Poder Ejecutivo.

Esta modificación, que busca cambiar el actual artículo 3 que reza que?es misión primaria y fundamental del BCRA preservar el valor de la moneda, gana profundidad toda vez que desde comienzos de 2010 el BCRA financia con las reservas el pago de deuda.
En rigor, el objeto del proyecto de Osuna es supeditar el BCRA a las políticas del Poder Ejecutivo. Según el proyecto, la misión del BCRA es regular el crédito y los medios de pago a fin de crear condiciones que permitan mantener un desarrollo económico ordenado y creciente, con sentido social, un alto grado de ocupación y el poder adquisitivo de la moneda.

 En lo que es una fórmula más suave pero igualmente reformista, el proyecto de la senadora Laura Montero señala que la misión del BCRA es preservar el valor de la moneda, la estabilidad financiera y el normal funcionamiento del sistema de pagos; así como atenuar el impacto del ciclo económico sobre la producción y el empleo, contribuyendo al desarrollo económico de largo plazo en un marco de estabilidad e inclusión social. Reutemann invoca una variante de la intervención del Ejecutivo, al sostener que el BCRA en forma subsidiaria procurará dar sustento de largo plazo al desarrollo económico con pleno empleo?.

Fuente: El Cronista