Opinión

Indebida retención del dinero de las personas en los cajeros automáticos

lunes, 12 de diciembre de 2011

Una vez más miles de platenses -ahora en el curso del feriado largo que terminó ayer- se vieron obligados a tropezar con la misma piedra: la de la falta de dinero en muchos de los cajeros automáticos del centro y de la periferia.

Pareciera ser, entonces, que resultan estériles las protestas de quienes, con lógica desazón, no pueden hacerse del dinero que tienen depositado, que les corresponde y que sólo la arbitrariedad y la desidia del sistema bancario se empeña en retenerles indebidamente. Porque el fenómeno se reitera con cada feriado largo, sin que los Bancos hayan atinado a encontrar un procedimiento eficaz que le garantice liquidez a los cajeros cuando se suceden dos o más días feriados.

Tal como se informó en la edición de la víspera, tanto en la red Banelco como en el caso de la red Link, las máquinas comenzaron ayer a emitir el mensaje de que no había dinero y había que dirigirse a otro cajero. Aunque muchos vecinos hicieron largas recorridas, sólo muy pocos lograron conseguir algo de dinero en los cajeros. En el caso de City Bell, por ejemplo, donde hay más de media docena de cajeros automáticos, todos carecían de billetes a media mañana.

De esta manera, el servicio que brindan los cajeros automáticos en nuestra región volvió a evidenciar muy graves fallas, reiterándose así las deficiencias que lo vinieron caracterizando en los últimos años. Se ha dicho ya muchas veces que carece de toda justificación el hecho de que se haya convertido en una verdadera odisea el simple trámite de poder cobrar normalmente el sueldo o extraer dinero de las cuentas, especialmente en el curso de los feriados largos.

También se ha señalado en esta columna, en forma reiterada, que el sistema de los cajeros automáticos en nuestro país sigue muy lejos de ofrecer la prestación segura, confiable y continuada que debería brindar. Asimismo, se ha señalado que las redes de cajeros deberían asimilarse a los servicios públicos. Porque ejercen un virtual monopolio y la gente está obligada a usarlas; no pueden elegir entre hacerlo o no. Los controles, en consecuencia, deberían ser estrictos.

Hace ya demasiado tiempo que miles de personas se ven obligadas a dar vueltas y vueltas para conseguir un cajero que tenga billetes o que disponga de billetes de baja denominación. Pero ahora las deficiencias se ven acentuadas. Lo ocurrido en estas últimas jornadas en los cajeros de la Región dejó a la vista, una vez más, fallas serias.

Por otra parte, esta situación contrasta con la intención oficial de promover la actividad turística general. Mal pueden organizarse jornadas recreativas si no se cuenta con la seguridad de poder retirar dinero de los cajeros, viéndose así mucha gente obligada a reducir los gastos o eliminarlos hasta la llegada de los días hábiles, cuando los Bancos disponen la reposición de billetes.

No sólo cabe, entonces, reclamar que se hagan los ajustes que resulten pertinentes para que el sistema funcione de un modo menos accidentado y azaroso, sino, también, que el Estado haga valer, fundamentalmente a través de sus organismos de defensa de los ciudadanos, los mecanismos que garanticen una mejor preservación de los derechos, tan abiertamente conculcados en este caso. Las personas no pueden permanecer indefinidamente como rehenes de un mecanismo injusto y perjudicial para sus intereses. 

Fuente: El Día