politica monetaria
martes, 27 de diciembre de 2011
El año termina con inusual calma en el mercado de cambios y la vigencia de las férreas restricciones de la AFIP para controlar la demanda formal de divisas. Las reservas ceden u$s6 mil millones por el pago de deuda
La irrupción de la AFIP en el mercado de cambios en los dos últimos meses sacudió la rutina de la City porteña. Inspectores, policías y perros que rastrean dólares furtivos fueron una muestra de la modalidad que adoptó el Gobierno para contener la demanda y la fuga de capitales: una rígida restricción para adquirir divisas extranjeras, cuyo efecto padecen especialmente los pequeños ahorristas. Las medidas oficiales no fueron gratuitas. El retiro de depósitos en dólares que se registró en los últimos dos meses reflejó la preocupación y la incertidumbre de inversores particulares, que optaron por posicionarse en dólares para escaparle a la debilidad del peso y la carestía de precios. Descontando la salida de depósitos, el Banco Central consiguió sus objetivos: contener la sangría de reservas internacionales y enfriar las especulaciones devaluatorias. En el último año, el dólar al público se apreció 30 centavos en las agencias de cambio céntricas, a $4,31 para la venta y $4,27 para la compra, mientras que en el segmento marginal o paralelo alcanzó los $4,61, lo que se traduce en una brecha de 7% entre el dólar oficial y el "blue". Esta diferencia llegó al 20% en el momento de mayor tensión financiera, un claro síntoma de la preferencia del público por el billete verde y un indicador de las expectativas de inflación que contemplan los ahorristas. El peso se devaluó casi 7% en doce meses, contra una inflación oficial de 9,5% en el mismo lapso, y de 23% según el "Índice Congreso" que diputados opositores difunden en base a datos privados. El golpe de efecto de los controles del ente recaudador fue eficaz. La demanda privada de empresas se contuvo, la operatoria minorista cayó hasta 80% y el Banco Central logró recomponer reservas en las últimas jornadas del año, después de que éstas tocaran sus niveles mínimos en casi cuatro años, después de los pagos de deuda. "Este fin de mes estamos notando que hay menos controles del Banco Central respecto del giro al exterior de partidas más grandes por importaciones. Las liquidaciones por importaciones y exportaciones volvieron a alcanzar los u$s500 millones, contra poco más de u$s200 millones un mes atrás", expresó a Infobae.com Fernando Izzo, analista de ABC Mercado de Cambios. “Están ingresando más dólares y los bancos están volcando un poco más de divisas por operaciones de fin de año. Además, el Gobierno llama a los exportadores para que liquiden”, resumió. Si bien se desaceleró la sangría de dólares de las arcas del BCRA, cedió más de u$s6 mil millones desde los u$s52.145 millones que contaba en su haber al concluir el año pasado. Será el primer año en la era kirchnerista que los activos de la autoridad monetaria disminuyen. Las reservas internacionales habían marcado un máximo histórico de u$s52.654 millones el 26 de enero, frente a los u$s46 mil millones actuales. Mariana de Mendiburu, de Solfin Sociedad de Bolsa, afirmó a Infobae.com que “bajó un poco la demanda en sí respecto de meses atrás debido a que las tasas está están más elevadas y eso desincentiva las compras. Al respecto, ponderó que los plazos fijos ofrecen rentabilidades del 15% ó 16% anual, mientras que en los títulos públicos hay un amplio rango según la duración, pero “hay tasas hasta del 19% a mediano plazo”. De Mendiburu consideró que el 2012 “va a ser un año difícil, porque van a aumentar las contingencias” en plano internacional e, inevitablemente, en el local. “En marzo, todos van a estar siguiendo las cifras definitivas del crecimiento del PBI argentino”, que determinará el pago de cupones en dólares así como la futura colocación de dólares en bonos nominados en divisa extranjera. También influirá el volátil precio de la soja y las “presiones inflacionarias” que persistan sobre la macroeconomía. Varios indicadores permiten pensar que la presión alcista para la divisa norteamericana no descansará los próximos meses: los vaivenes por la crisis externa, que dejaron fuertes pérdidas para las acciones y los bonos, y la caída de precios de la soja y el real brasileño, dos activos clave para el país. Las elevadas cotizaciones de la oleaginosa sobre u$s400 por tonelada son la garantía para que se mantenga el volumen de dólares que ingresan al país por las exportaciones. Aún así, en el año, el grano cedió cerca de un 20 por ciento. De la fortaleza del real también dependen las compras de productos argentinos que concrete el gigante sudamericano. Sin reservas excedentes Manuel Oyhamburu, del área de Investigación y Desarrollo de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, evaluó que “hoy Argentina, con este tipo de cambio y estas reservas, no tiene reservas de libre disponibilidad", a la vez que anticipó que "va a haber una mayor movilidad del tipo de cambio si Brasil sigue devaluando". En doce meses, el dólar en Brasil se apreció 11,4% (de 1,66 reales a 1,85), mientras que en Argentina avanzó 7,7% (de $4,01 a $4,31). Desde principios de noviembre, las reservas internacionales del Banco Central (u$s46 mil millones) se mantienen por debajo de la Base Monetaria (Más de $200 mil millones) si se toma un tipo de cambio mayorista en torno a 4,30 pesos. Con una tasa de cambio a este nivel continuará esta falta de reservas de libre disponibilidad. Estas reservas fueron utilizadas por el Gobierno desde marzo de 2010 para cancelar deuda pública y el proyecto de Presupuesto 2012 presentado por el Ejecutivo al Congreso prevé el pago de unos u$s5.670 millones con esos recursos de la autoridad monetaria. Esto significa que se redoblarán esfuerzos oficiales para mantener estables las reservas con medidas heterodoxas, frente a un complicado escenario financiero que puede acotar el superávit comercial, principal fuente de divisas extranjeras. Oyhamburu explicó que en los mercados mundiales, "siempre que hay pánico, hay una corrida hacia el dólar" y que este estado de ánimo trajo como consecuencia que "Brasil devaluó más que nosotros este año, cuando Argentina tiene mayor inflación y costo salarial". "Vamos a perder mucha competitividad y posibilidad de comerciar con Brasil, país con el que ya tenemos déficit comercial", evaluó el economista. La debilidad de las finanzas de los países desarrollados, deterioradas por el abultado déficit fiscal, anticipa un año con desaceleración en el crecimiento argentino. "En el Presupuesto se fija un tipo de cambio de 4,4 pesos para el año que viene: en el Gobierno no hay perspectiva de devaluación, pero si la hay, va a haber un corrimiento a precios. Por lo tanto, no hay mucho margen”, estimó Oyhamburu, quien advierte que la política monetaria empieza a enfrentar limitaciones para mantener a raya el precio de la divisa norteamericana.
Fuente: Tucumanoticias
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