La crisis europea / Un país golpeado por corridas bancarias

La fuga de depósitos amenaza a Grecia

jueves, 17 de mayo de 2012

Anteayer fueron retirados de los bancos 1000 millones de dólares, ocho veces más que el promedio de 2011; un juez es el premier interino

 Colapso bancario, cesación de pagos, bancarrota del Estado, salida del euro: todos los temores y las alarmas convergen sobre Grecia, en especial desde que se anunció que anteayer se retiraron 1000 millones de dólares de los depósitos de los bancos, una cifra ocho veces superior al promedio diario de 2011.

Desde hace meses, los griegos retiran altas sumas de sus cuentas o las transfieren a entidades en el exterior, ante el temor al colapso de los bancos o a una pérdida de valor, en el caso de que Grecia retome su vieja moneda, el dracma. Pero anteayer se batieron todos los récords con el retiro de 1000 millones de dólares, y según el presidente del Banco Central, Georg Provopoulos, la situación podría empeorar.

Se trata de una aceleración de la fuga de capitales, que en todo el año pasado fue de 45.000 millones de dólares (en promedio, cerca de 123 millones de dólares diarios). De hecho, existe un claro riesgo de que el "miedo acabe evolucionando al pánico", según reveló el presidente Papoulias, sintetizando uno de los aspectos más alarmantes de una reunión que sostuvo días atrás con el jefe del Banco Central.

Según un informe del sitio Reporter.gr, los banqueros buscan calmar a los ahorristas afirmando, entre otras cosas, que los bancos tienen 209.000 millones de dólares en depósitos de cuentas de empresas y clientes particulares, una suma con la que pretenden relativizar la toma de fondos de los últimos días.

Ese intento de la banca no basta, sin embargo, para llevar calma a los angustiados griegos, que, además de los devaneos de la economía , siguen con desazón los vaivenes de la política, cuyos principales dirigentes no lograron formar gobierno tras las elecciones del 6 de mayo, lo que obligará a volver a votar.
Ante el fragmentado Parlamento que dejaron las elecciones, y tras infructuosas negociaciones, el presidente Karolos Papoulias no tuvo más remedio que designar ayer un gabinete interino. Al frente fue nombrado el juez Panoyotis Pkrammenos, presidente del Consejo de Estado, uno de los tres altos tribunales del país.

"Espero ser capaz de llevar a cabo mi tarea. Mi gobierno será de transición, pero nadie discute que el país está en un punto crítico", dijo el nuevo primer ministro, que juró su cargo sin sonrisas ni ceremonias. Pkrammenos, cuya traducción al castellano sería "amargado", señaló que ésa era la definición más adecuada para el trabajo que le espera.

El gobierno de Pkrammenos casi no tendrá capacidad de decisión en asuntos financieros, y de hecho en ningún otro tema de consideración, según acordaron los principales dirigentes políticos al aceptar la designación del gabinete interino. Lo suyo será manejar la agenda de temas corrientes del día a día.

"Habrá un gobierno de transición que no tomará ninguna iniciativa ni en la OTAN ni en la Unión Europea", dijo la líder del Partido Comunista, Aleka Papariga. "En caso de una emergencia o un hecho no imprevisto, eso puede ser manejado entre los partidos políticos con la participación del presidente'', agregó.

Esta falta de atribuciones puede dejar al país a la deriva por algunas semanas más, con lo que afectaría en primer lugar a la cumbre de la OTAN que se desarrollará entre el domingo y el lunes próximos y en la que se discutirá la entrada en la alianza militar de la ex república yugoslava de Macedonia, un ingreso al que Grecia se opone por diferencias sobre el nombre del país.

Aún sobreviviendo hasta el 17 de junio, la fecha definida para las nuevas elecciones, éstas no garantizan un respiro en la tormenta que azota a Grecia. Alexis Tsipras, líder del partido Izquierda Radical (Syriza), primero en las encuestas, rechazará, de confirmarse su triunfo, el ajuste acordado en febrero con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a cambio de un rescate de 170.000 millones de dólares.

Grecia podría verse así amenazada por el cese de la ayuda internacional, la bancarrota del Estado y lo que muchos dentro y fuera del país consideran como una probable salida de la zona euro. 

Fuente: La Nación