martes, 31 de julio de 2012
Se cancela la última cuota del Boden 2012, el título público creado en 2002 para pagar la deuda tras el corralito de De la Rúa-Cavallo. Fondos buitres y bancos mayores tenedores. Cuánto desembolsa el Estado y qué porcentaje va a bonistas.
El Gobierno se comprometió a pagar el viernes 3 de agosto el último vencimiento del Boden 2012, que entre capital e intereses suma US$ 2.300 millones, con fondos que salen de las reservas del Banco Central y permiten cerrar una década de corralito.
Cristina Fernández hará el anuncio el jueves en la Bolsa de Comercio, durante la celebreción del 158º aniversario de la entidad bursátil, con un despliegue tan importante para el “modelo”, quizás, como la reestatización de YPF o de los fondos de las AFJP.
Pero a diferencia de esas medidas, esta vez el Gobierno será el encargado de honrar una deuda del Estado con los tenedores de títulos públicos emitidos hace una década, que a esta altura son prácticamente los fondos buitres, los bancos extranjeros que los negociaron con argentinos para la fuga (contado con liqui), los que conserva el gobierno de Hugo Chávez y sólo un puñado de ahorristas locales.
Por sus destinatarios finales y el impacto simbólico, será algo más parecido a cuando Néstor Kirchner canceló la deuda con el FMI. Y así, con ese pago, “sin deudas, somo más libres”, dice el Ministerio de Economía en su sitio de internet donde un reloj digital marca la cuenta regresiva para el gran momento de “independencia” económica. Está claro que pagar en dólares una deuda en dólares, como hizo “El” con el fondo, es un señal que inspira confianza, pero de ahí a la independencia proclamada hay un trecho tan largo como la espera de los tenedores para cobrar.
Día de la independencia ¿financiera?
No fue pura casualidad que la Presidenta dijera: “Vamos a devolver en dólares los ahorros del corralito”, justo en cadena nacional en el acto por el Día de la Independencia. Sin embargo, la transferencia de esa millonaria suma de reservas del Banco Central a los fondos que compraron la deuda y pudieron esperar al vencimiento para recibir los dólares nada tiene que ver con los originales ahorristas argentinos y mucho menos determina ipso facto algún tipo de independencia financiera. Más bien, es una señal, que apunta a otros destinos, pero de acto patriótico o progre no tiene mucho.
No todo es tan sencillo como pagar este bono y listo. Quedan otros (como el Boden 2013, el 2017) y el Club de París sigue aguardando. Por otro lado, está claro que los pequeños y medianos ahorristas, con sus depósitos en dólares acorralados en 2001 por las medidas implementadas por el ex ministro Domingo Cavallo en el final de la presidencia De la Rúa, serán minoría (por la parte del monto que les corresponde) entre los beneficiarios de la cancelación del bono.
Los grandes beneficiarios del cobro al Estado argentino son hoy, con más del 70% del monto total, los fondos de inversión y los bancos (Franklin Resources, Capital Internationl Fund, MFS, Black Rock, Capital World Investment yFidelity).
Los primeros, entre ellos los bautizados “buitres”, porque los compraron a precio de oferta a los tenedores que necesitaban efectivo, en el mercado especulativo y al gobierno venezolano de Hugo Chávez, que en 2005 y 2006 compró a pedido de Néstor Kirchner cientos de millones de dólares de estos títulos (US$ 4.400 millones en total). Y las entidades bancarias, que recibieron el 47% de la emisión original de Bonden 2012 como compensación por la “cobertura” y “pesificación asimétrica” decretadas en esa época.
Cómo nació el Boden 2012
Este bono que está a punto de ver su fin fue emitido en 2002 por el senador Eduardo Duhalde, en ejercicio de la Presidencia y como parte del llamado “corralón”, apenas un mes después de que Domingo Cavallo anunciara el “corralito” en el final del gobierno de Fernando de la Rúa, que para frenar la salida de depósitos restringía la libre disponibilidad de dinero en efectivo de plazos fijos, cajas de ahorros y cuentas corrientes.
Los ahorristas atrapados por el corralito sólo recibieron en ese año el 23% de los Bonden (Bonos del Estado nacional), que se emitieron por US$ 17.525 millones, y gran parte de ellos necesitados de efectivo los fueron vendiendo a precio rematado a fondos y bancos que aprovecharon su alto rendimiento.
En la presidencia de Kirchner, alrededor de US$ 4.428 millones, un cuarto del total fueron colocados en Venezuela y luego Chávez se los revendió a los bancos. El resto ya estaba en poder de los bancos compensados.
Por otro lado, hay ahorristas argentinos que rechazaron el Boden 2012, pero aceptaron el 2013, que se emitió por US$ 1.962 millones y cuya última cuota vence en abril del año próximo. Esos pocos rebeldes al primer bono deberán esperar un poco más para obtener los US$ 243 del pago final o venderlos antes de esa fecha.
Contado con liqui, Boden para fuga
Para cuidar las reservas que estaban mermando por la fuga de depósitos desde noviembre del año pasado se implementaron una serie de restricciones a la compra de dólares. Hoy, paradógicamente, más allá del dólar del mercado negro o “blue” hay otro salto al cepo que se hizo famoso: el contado con liqui, y es precisamente a través del Boden 2012 que, hasta este viernes, se realizará esa operación que se paga en pesos en el mercado local pero los dólares quedan depositados en la cuenta del comprador en el exterior. Toda una paradoja de la libertad financiera.
Fuente: Fortunaweb
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