instrumentos financieros
viernes, 25 de enero de 2013
Hasta ahora sólo las personas físicas podían usarlo, pero ahora la entidad autorizó a las empresas para que puedan utilizarlos en pesos o dólares
El cheque cancelatorio fue una de las respuestas que el Banco Central (BCRA) dio al problema de las salideras bancarias, que hacia fines del 2010 arreciaron en el sistema financiero.
La idea, a grandes rasgos, era que en lugar de transportar el dinero de una operación y asumir el riesgo de ser asaltado, el cliente bancario pudiera solicitar un cheque especial por el monto deseado en el banco en el cual tiene su firma registrada y luego entregarlo a su contraparte.
Huelga decir que los cheques cancelatorios son gratuitos, están exentos del impuesto al cheque y pueden ser librados en pesos o en dólares, aunque en este último caso sólo pueden utilizarse en operaciones de compraventa de inmuebles.
La noticia es que si bien hasta ahora los únicos autorizados para utilizar los nominados en pesos eran las personas físicas, desde esta semana las empresas también pueden hacerlo (antes sólo podían emitirlos en dólares).
Detrás del cambio normativo que llevó a cabo el BCRA, se esconde la intención del Gobierno de ofrecer un paliativo a una economía que se maneja con cientos de millones de billetes, pero cuyo billete de máxima denominación sigue siendo de $100, un valor que ha quedado desfasado con la alta presión inflacionaria que implica un deterioro monetario en términos reales.
"Es obvio que de esa forma una empresa puede resolver el traslado de dinero mucho mas fácil ya que sólo tiene que librar el cheque en lugar de realizar una transferencia o, lo que es mucho más complejo, contratar un camión de caudales", señalan en la city.
En este mismo sentido, el BCRA, que parece decidido a aplicar cada una de las nuevas atribuciones que recibió tras la reforma a la Carta Orgánica, (y donde se anotan la orientación del crédito, la regulación de las tasas de interés y la creación de un área de defensa para los usuarios de los servicios bancarios) ahora ha delatado que otro de sus objetivos es la necesidad de regular la actividad del transporte de caudales, para evitar sobreprecios y casos de lavado de dinero en el sector.
En rigor, el cheque cancelatorio supone una pieza que resulta importante en este esquema si se tiene presente que el organismo está preocupado por algunos negocios de las empresas que se encargan de trasladar el efectivo entre las sucursales, y frente a eso puso a sus áreas técnicas a trabajar para fijar un techo sobre los precios que cobran a los bancos y cerrar, al mismo tiempo, resquicios de lavado de dinero.
En este sector hay, actualmente, dos grandes jugadores: Brinks y Prosegur. El transporte de caudales siempre fue un problema para los bancos porque encarece todo el movimiento. Por un lado, se intenta minimizar el dinero porque no sirve como integración de efectivo mínimo; pero por otro lado se lo debe asegurar en la entidad para evitar el faltante. Esto supone ir mandando o trayendo dinero de sucursales, y eleva muchísimos los costos, comentó un ejecutivo.
Queda saber si cambiarán el rango de valores. Hasta ahora el rango era de $5.000 a $400.000 o de u$s2.500 a u$s100.000, según consta en el portal del Cliente Bancario (www.clientebancario.gov.ar) del Banco Central. "En caso de que el cliente necesite pagar un monto superior, podrá pedirle a la entidad que libre más de un cheque hasta cubrir el total", agrega.
Las personas físicas pueden obtener un cheque cancelatorio en pesos, mediante un débito en su cuenta, mientras que si el instrumento es en dólares, pueden hacerlo tanto a través de un débito como entregando dólares en efectivo.
Cuando una persona física adquiere un cheque cancelatorio con efectivo o débito desde una caja de ahorro no debe pagar el impuesto al cheque. Pero sí cuando el débito proviene de una cuenta corriente. De igual manera, aclaran en el BCRA, cuando una persona física cobra un cheque cancelatorio en ventanilla tampoco se encuentra gravado, ni si una vez obtenido el efectivo por este medio se lo deposita en una caja de ahorro.
Pero cuando una persona física deposita directamente un cheque cancelatorio en cualquier tipo de cuenta, sí le corresponde pagar el impuesto al cheque.
El cheque cancelatorio, sin embargo, es un instrumento poco popular hasta ahora. Desde su relanzamiento hasta fines de agosto de 2012, el volumen de cheques cancelatorios en pesos alcanzó $184 millones, mientras que en moneda extranjera totalizó u$s248 millones.
Según señalan en algunas inmobiliarias, uno de los problemas es que sirve sólo para aquellas operaciones que se hacen con dinero declarado.
Fuente: iProfesional
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