Opinion

Mirar para cuidar... en el Banco Central

viernes, 24 de mayo de 2013

En 2005 Néstor Kirchner anunciaba la medida populista de prohibir las exportaciones de carne y argumentaba que los productores querían lucrar contra el hambre del pueblo argentino.

El resultado final fue que por un tiempo la carne fue más barata, pero el costo consistió en que se consumieron 15 millones de cabezas de ganado, se desplomaron las exportaciones de carne, cerraron docenas de frigoríficos y aumentó la desocupación del sector y hoy comer un asado es carísimo.

Empiezo con este ejemplo porque es típico del populismo señalar a otros como los culpables del problema inflacionario. La idea es generar un enfrentamiento en la sociedad tratando de convencer a la gente del siguiente argumento: "Usted es pobre porque el otro es rico". Mientras tanto el Banco Central sigue emitiendo moneda derritiendo su poder de compra, generando inflación y los responsables siguen señalando a los empresarios y comerciantes como los responsables del alza de precios, cuando en rigor es la moneda la que se deprecia.

El problema del populismo es que tiene que buscar un chivo expiatorio para quitarse de encima la responsabilidad de la inflación y por eso usa ese argumento de "Usted es pobre porque el otro es rico".

Sin embargo la gente parece estar casándose de ese discurso, con el agravante que ve continuamente los escándalos de corrupción que van surgiendo y por, lo tanto, la gente empieza a razonar de otra forma y dice: "Yo soy pobre porque ellos son ricos por la corrupción". Y ahí se le complica el argumento al populismo. Pierde fuerza el argumento inicial.

La Presidenta acaba de anunciar el control de Mirar para Cuidar por el cual militantes de alguna tendencia política saldrán a la calle a controlar los precios. Parece ser que la presidente insiste con echarle la culpa a los comerciantes por los aumentos de precios y no reconocer que es el BCRA el que está emitiendo a tasas del 35% anual razón por la cual no es que los precios suben, sino que el peso se derrite.

Esto de mandar a la calle a grupos afines al Gobierno a controlar ya lo hizo el nazismo. A partir de 1936 se dictaron en Alemania 7000 decretos para controlar los precios bajo el comando del Comisionado de Precios que decidía qué precios se aumentaban, cuáles no y qué sanciones se aplicaban a quienes violaran los controles. Era la política del Preis-Stop que derivó en el mercado negro, el truque clandestino y un próspero mercado negro. Al respecto sugiero la lectura de Control de Precios, 40 siglos de fracasos , cuyos autores son Robert L. Schuettinger y Eamonn F. Butter.

La realidad es que el malhumor social hoy es muy grande por la inflación que genera el gobierno mediante la emisión monetaria. Si a esto se le agrega los escándalos de corrupción, la gente empieza a identificar al Gobierno como el responsable de su falta de trabajo y pérdida del poder adquisitivo. La gente dice "Yo soy pobre porque ustedes se enriquecen con la corrupción". ¿Qué hace el Gobierno? En vez de corregir el rumbo, redobla la apuesta y se lanza con este Mirar para Cuidar, un sistema intimidatorio que no soluciona el problema de fondo: cuál es la desvalorización del peso.

El Gobierno ha armado el combo perfecto para tener un proceso acelerado de inflación. Por un lado emite a tasas del 35% anual, por otro lado la gente huye del peso porque se desvaloriza, lo que se llama caída en la demanda de moneda. Compro hoy porque mañana con el billete de $ 100 puedo comprar menos. Tercero reduce la oferta de bienes al cerrar las importaciones y cuarto, dada la ausencia de reglas de juego, nadie invierte para ampliar la capacidad de producción. Se juntan, entonces, más billetes en circulación, más huida del dinero y menos bienes en oferta.

Encima, con un gobierno que tiene déficit fiscal, se aumenta el gasto público para consumo, con lo cual crecerá el déficit, subirá la emisión monetaria para financiar al tesoro y se acelerará la inflación.

En vez de crear las condiciones institucionales y económicas para hacer crecer la economía, crear puestos de trabajo y más productividad, se recurre al mecanismo del artificio de financiar más consumo con emisión. Agravan la situación a niveles límites.

En síntesis, podemos decir que el Gobierno sigue negando la realidad. Tiene descontrol fiscal y monetario que impacta en la inflación y en vez de corregir el problema lanza este plan de Mirar para Cuidar.

Si quieren frenar la inflación, donde tienen que mirar es en el Banco Central, que es el único que puede emitir tanta moneda y depreciarla. El resto será un entretenimiento para la tribuna.

Fuente: La Nación