politicas monetarias
martes, 29 de septiembre de 2015
El Gobierno en pocos días deberá cancelar este título. Aún está la posibilidad de que emita otro papel. Pero, de no ser así, hay uno que ya está en plaza y que "rankea" alto entre las preferencias de todos aquellos que decidan no quedarse con billetes verdes en el colchón.
Se acerca el "día D" y en la city porteña se tejen todo tipo de especulaciones.
El 5 de octubre, el Gobierno deberá enfrentar el vencimiento del Boden 2015, que le implicará sacrificar una gran cantidad de billetes verdes de las reservas del Banco Central.
Por cierto, inversores tienen agendada esa fecha desde hace rato. Y no es para menos, ya que deberán decidir qué hacer con su capital cuando se extinga la vida (según condiciones de emisión será dos días antes) de uno de sus bonos "más amados".
Aquel que le ha ofrecido rendimientos muy elevados y -como si este fuese poco- el que les deja frente a sí la posibilidad de hacerse de dólares contantes y sonantes que, en tiempos de escasez, se valoran mucho más.
A lo largo de este tiempo, los tenedores del Boden 2015 fueron recibiendo una "jugosa" renta, de la mano de los cupones que el título fue pagando (3,5% cada seis meses) más allá de que la evolución de su cotización haya resultado muy ventajosa.
En este sentido, quienes compraron hace tres años han podido dolarizarse a un tipo de cambio de algo menos de $5, mientras que aquellos que se subieron a este tren hace seis meses, a poco más de 10 pesos.
Mucho se ha hablado en las últimas semanas sobre las diversas alternativas del Gobierno para reducir el impacto que tendrá su pago (más de u$s6.000 millones) sobre las reservas del Banco Central.
Entre ellas, se barajaban opciones que iban desde un canje de deuda hasta otras más arriesgadas, como una hipotética pesificación del bono, que luego fuera desmentida por los funcionarios del Palacio de Hacienda.
La cercanía de las urnas acota los márgenes de maniobra de un Gobierno que se ve obligado a evitar el malhumor en el mercado y las críticas de analistas.
Más aun, luego del "alboroto" que causara la intempestiva medida por la que se obliga a los fondos comunes de inversión a dejar de valuar sus bonos en cartera a la cotización del "conta con liqui" y hacerlo al tipo de cambio oficial.
Es por eso que la opción del pago en cash hoy día rankea alto entre inversores, mientras que otras alternativas que impliquen un cambio en las reglas del juego han quedado relegadas.
En este sentido, Axel Kicillof se ocupó personalmente de despejar todo tipo de inquietudes: "Nadie, en su sano juicio, tiene duda alguna de que se va a pagar este título". Y señaló que la actual administración si algo ha hecho con la deuda es cancelarla.
Sufren las reservas Un punto clave que trae el Boden 2015 es alto monto que conlleva su cancelación: u$s6.300 millones.
Esta cifra, en el actual contexto de "sequia verde" resulta impactante si se tiene en cuenta que las reservas de libre disponibilidad del Banco Central son muy bajas comparadas con la cifra global que se informa a diario.
Del monto a vencer, se estima que:
-Un 50% está en manos de inversores locales.
-Un 30%, en carteras de fondos de inversión del exterior.
-El otro 20%, en manos de organismos estatales como Anses.
Desde el propio Gobierno se fueron conociendo diversas iniciativas orientadas a acotar el impacto del pago.
Por lo pronto, en plena campaña electoral, colocar un bono de manera compulsiva sería una pésima decisión, si bien está firme la opción de "invitar" (al menos a los inversores institucionales) a "colaborar con la causa" comprando otros títulos de mediano y largo plazo.
Contrarreloj, se mantuvieron conversaciones con distintos fondos de inversión para que convaliden la entrega de estos papeles para que sean reemplazados por otros, en un contexto en el que el rendimiento promedio de la deuda argentina es superior al 8% en dólares.
1. Los que quieren los "verdes" arriba la mesa
A pocos días de que concluya el Boden 2015 son muchos los ahorristas que aún no tienen decidido qué hacer. Es decir:
-Si se hacen de los dólares, ante la incertidumbre preelectoral
-Si los venden y compran otro bono, para así sacar una renta extra
Para quienes los tienen en cartera, la gran ventaja -más allá del elevado rendimiento que han venido pagando- es que tienen frente a sí la posibilidad de cobrar el total en billetes verdes, uno arriba del otro.
De este modo, estarán completando un excelente negocio. Es decir, el haber ganado porque su valor de mercado se incrementó y porque obtendrán dólares a un precio más barato que el del blue.
Esto cobra mayor relevancia en un contexto en el que la AFIP redujo sustancialmente la cantidad de moneda estadounidense que entrega por persona.
Este nuevo "torniquete" por parte del fisco ha hecho que muchos ahorristas tomaran nota de las grandes dificultades que enfrenta el Gobierno y entonces -a la hora de elegir- se inclinen más por ir a lo seguro, es decir, por hacerse de los billetes.
"Con las últimas medidas de la Comisión Nacional de Valores creció en forma considerable la cantidad de personas que quieren el cash", confía a este medio un operador bursátil.
Quienes elijan este camino deberán tener presente que al recibir estos fondos verdes deberán contabilizarlos al tipo de cambio oficial, por lo que tendrán seguramente que registrar una pérdida.
También deberán resolver otra cuestión de índole financiera: mantener los billetes "ociosos" tiene sus puntos negativos, que van desde el mero costo de conservarlos en una caja de seguridad al riesgo que implica guardarlos bajo el colchón.
Pero quizás, el costo más gravoso, pasa por el hecho de dejar de percibir la gran rentabilidad que pagan los bonos argentinos. Por lejos, una de las más altas del mundo.
"Hoy conviene vender el Boden 2015 que durante mucho tiempo fue lo más parecido a tener dólares billetes y comprar títulos más largos, como el Bonar X -que vence en 2017- o el Bonar 2024", apunta el analista Agustín Cramo.
"Ambos pagan una renta elevada, del orden del 9% anual, con buenas perspectivas de suba", agrega.
2. Los que quieren seguir con bonos verdes
En medio de una maraña de especulaciones siguen ejerciendo influencia los "buitres" y el polémico juez Griesa, que meten presión a la hora de que el Gobierno quiera conseguir otras vías de financiamiento.
En este sentido, los problemas se intensificaron luego de la última emisión (abril) del Bonar 2024 que -dicho sea de paso- es el que "rankea más alto" entre las preferencias de los inversores.
Más aun, es "el elegido" para quienes desean volcar en títulos públicos el dinero obtenido del Boden 2015.
Los papeles argentinos ofrecen ganancias difíciles de conseguir en otras plazas. Es por eso que, tal como afirma Mario Blejer -uno de los principales asesores de Daniel Scioli- "hay bastante interés" en dejar invertido el dinero que pueda obtenerse.
¿Puede haber una sorpresa?
Por estas horas, una de las preguntas que circula en el microcentro porteño es si aún el Gobierno está a tiempo de plantear un canje. Más aun, luego de que el ministro de Economía Axel Kicillof no haya cerrado la puerta.
El funcionario asegura que el mercado está "desesperado" por un nuevo papel y que, en este contexto, conviene no generar expectativas. Además, confirmó que la administración K ha venido evaluando la actual situación y las posibles condiciones de emisión de un título.
"Nos lo están pidiendo, porque la gente que invierte en Argentina, que tiene este bono, quiere seguir teniendo bonos" aseguró.
Desde la city porteña, los analistas consultados consideran que el lanzamiento de un nuevo papel aún es factible, pese a que los tiempos apremian.
"Un canje se puede armar en dos días. Economía puede sacar un título con legislación argentina para inversores locales", apunta Rafael Di Giorno, director de Proficio Sociedad de Bolsa.
Francisco Gismondi, economista de la consultora Empiria, afirma que "lo lógico sería que hagan un canje, aunque pasan los días y no surgen novedades".
Otra experta que señala un cambio de papeles como una buena oportunidad es Jackie Maubré, directora de Cohen sociedad de Bolsa.
Remarca que el mercado vería con buenos ojos que el Gobierno emita un título con vencimiento en el 2020. Es decir, más corto que el 2024 pero a su vez más largo que el Bonar 2017.
Para un nuevo papel, "un lapso intermedio -tipo 2020- sería razonable y atractivo", recalca.
Agrega que "a los inversores institucionales no les conviene cobrar los dólares porque se les va a generar una diferencia de precio en los bonos para cambiar la posición".
Maubré subraya que "la mayoría de estos inversores prefiere continuar cobrando altas rentas, como la que ofrecen los títulos argentinos".
Ante la falta de este nuevo papel, desde la city confirman que aquellos que quieren seguir conservando su capital en títulos están eligiendo al Bonar 2024.
"Prefieren aprovechar su elevada rentabilidad antes que quedarse con billetes verdes en la mano", comenta un operador de la city.
Aun sin que se concretara el canje, desde Ministerio de Economía no descartan la colocación de un nuevo bono en las próximas semanas.
Una vez más, "el elegido" sería el Bonar 2024.
Cuestión de tasas
Si el mercado ve con buenos ojos un nuevo título y el Gobierno también considera esta alternativa como ventajosa, ¿por qué entonces aún no avanzó?
En realidad, existen algunos condicionantes que le sacan margen de maniobra a la administración K. Entre ellos, la alta tasa que tendría que convalidar.
"Lo lógico sería que (un nuevo bono) ofrezca un interés similar a la expectativa de crecimiento de largo plazo de la economía. Es decir, no más del 5 al 6% anual", apunta Gastón Rossi, socio de Martín Lousteau.
Pero claro, una cosa es lo ideal para el Gobierno y otra muy distinta es lo que reclama el mercado.
Según Hernán Lacunza, ex gerente del Banco Central, los inversores podrían exigir entre un 10% o un 11 por ciento.
Convalidar un rendimiento semejante sería muy difícil de digerir para Kicillof. También, desde el punto de vista político tendría su impacto, ya que darle el visto bueno a una tasa de dos dígitos sería un duro traspié en la defensa del "modelo".
Como señalaba días atrás Daniel Marx, ex secretario de Finanzas y ex viceministro de Economía, "está en juego la imagen del Gobierno y si puede justificar pagar una tasa superior al 6 o 7% anual".
Esto, en un contexto en el que en otros países el tipo de interés ofrecido es menor al 5%:
En cuanto a qué proporción de los tenedores de Boden 2015 estarían dispuestos a convalidar un canje, los analistas del mercado estiman que podría llegar a ser de la mitad.
"La mayor parte de ellos serían inversores del exterior. Como contrapartida, empresas y ahorristas locales se llevarían una parte importante de los billetes", completa Gismondi.
Por lo pronto, un nuevo papel que emita el Gobierno o, en su defecto, el traspaso al Boden 2024 son las dos opciones que se les presentan a todos aquellos que se sienten cómodos apostando por títulos argentinos.
Es decir, a quienes disfrutan de la buena renta y que eligen esta alternativa a la de dejar sus dólares en el colchón.
Fuente: iProfesional
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