El escándalo expone los manejos turbios de los bancos

miércoles, 06 de abril de 2016

La filtración demuestra que las grandes instituciones financieras son intermediarios de los clientes que buscan esconder dinero.

Si para algo sirvieron las revelaciones de los Panamá Papers fue para confirmar que, sin la complicidad de los bancos, sería imposible hacer el menor lavado del dinero.

Todos los grandes bancos europeos -Société Générale, HSBC, Crédit Suisse, UBS, Santander, BBVA o Sabadell- aparecen como intermediarios muy activos en la creación de sociedades offshore para que sus clientes pudieran ocultar su patrimonio en paraísos fiscales como Panamá, islas Vírgenes Británicas, Suiza, Jersey, Seychelles o Hong Kong.


El estudio de abogados panameño Mossack Fonseca creó a pedido de los bancos la mayor parte de las 15.600 empresas offshore que ayudó a registrar en paraísos fiscales. La mayoría de esas sociedades fueron establecidas a partir de los años 90 y muchas de ellas fueron disueltas poco tiempo después.

Los 11,5 millones de documentos filtrados de los archivos de Mossack Fonseca demuestran que el banco francés Société Générale -a través de sus filiales en Suiza, Luxemburgo y Bahamas- creó 979 empresas. La Soc Gen, como se denomina habitualmente al segundo banco de Francia, incluso firmó en marzo de 2010 un acuerdo especial con Mossack Fonseca: según ese convenio, de cuatro años de duración, el estudio le cobraba solo 660 dólares por la creación de una compañía en Panamá, colocaba gratuitamente a su disposición el equipo de directores (testaferros) y le acordaba una reducción especial del 10% sobre las matriculaciones en todos los otros paraísos fiscales.

Otros clientes VIP de Mossack Fonseca eran el HSBC, que creó en total 2300 sociedades, y los suizos UBS, con 1100 empresas, y Crédit Suisse, con 1105 compañías. El estudio trabajó en total para más de 500 bancos de todo el mundo. Otras instituciones que tuvieron una activa participación en la creación de firmas opacas son J. Safra Sarasin, de Luxemburgo (1659), la filial de Rothschild en Guernesey (378), el Royal Bank of Canadá (278) y el alemán Commerzbank (92).

En 2009, cuando las islas Vírgenes se aprestaban a suprimir el anonimato de los accionistas y directores de las empresas offshore, dos filiales de Société Générale en Luxemburgo -SG Bank & Trust Luxembourg- se las ingeniaron para encontrar una solución a fin de mantener el secreto: con la participación de testaferros, Mossack Fonseca creó dos fundaciones (Rousseau y Valvert) que empezaron a aparecer como accionistas de unas 200 empresas abiertas para sus clientes en paraísos fiscales caribeños.

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En España, Santander, BBVA y Sabadell también ayudaron a sus clientes a crear sociedades offshore para ocultar dinero en paraísos fiscales, según surge de la investigación realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). El estudio fue contratado por más de 1200 sociedades, 558 individuos, 166 intermediarios y 89 beneficiarios con dirección postal española.

El Santander, en la época en que todavía era dirigido por Emilio Botín, inscribió por lo menos 118 sociedades en Panamá; BBVA, 19, y Sabadell, 10. Muchas de esas empresas fueron creadas a pedido de clientes latinoamericanos que, por el momento, no fueron identificados.

Santander argumentó que ninguno de los españoles con dirección postal en España que aparecen en la documentación son clientes de la entidad y tampoco tienen relación con su división de Banca Privada Internacional. El BBVA admitió haber intercedido para responder a pedidos de sus clientes, pero asegura que en 2009 suspendió ese tipo de operaciones. Sabadell, por su lado, negó esas acusaciones y explicó que las empresas offshore de su cartera pertenecían a otras entidades que adquirió en los últimos años.

España, Francia y Gran Bretaña son los únicos países que, hasta ahora, prometieron investigar el papel de los bancos en esa trama gigantesca. 

Fuente: La Nación