Blanqueo, Big Mac y apretón monetario: la fórmula que congelaría el dólar en $ 17

lunes, 19 de septiembre de 2016

En la City señalan -no sin antes elevar esta observación a la categoría de advertencia- que en 2017 estaría todo dado para que la Argentina escriba un nuevo volumen de su saga "Atraso Cambiario Reloaded".

De los pronósticos económicos se saben varias cosas: por ejemplo, que en muchos casos, han participado activamente de un rubro particular, junto con las publicaciones de ciencia ficción y las hipótesis científicas rápidamente descartables.

Con los datos del presupuesto en la mano, y sin ser tan dramáticas las comparaciones, hay quienes se animan a polemizar y, quizás, uno de los aspectos que menos convence es el del tipo de cambio.

En la City señalan -no sin antes elevar esta observación a la categoría de advertencia- que en 2017 estaría todo dado para que la Argentina escriba un nuevo volumen de su saga "Atraso Cambiario Reloaded".

Es que basados en las proyecciones inflacionarias descendentes, el precio objetivo promedio del dólar para el próximo año es situado por los referentes económicos del Gobierno en un nivel de $ 18 promedio.

Sin embargo, según varios reportes que circulan, el dato podría tener, incluso, algunos centavos de más. Por ejemplo, para la gente de Delphos Investment, la anticipación podría venir por el lado de una mayor profundidad del fenómeno.

"Creemos que 2017 vendrá acompañado por una continuación del proceso de apreciación del tipo de cambio real y no necesariamente por una depreciación del peso", sostienen. Según la gente del sector, los $ 18 ubicarían al tipo de cambio $ 0,90 centavos por encima de las estimaciones más conservadoras.

Utilizando como base el año 2005, observan que el Tipo de Cambio Real (TCR) en relación a EE.UU. ha atravesado por un proceso de apreciación a lo largo del 2016 (comparando los niveles actuales con datos de febrero del mismo año vemos una apreciación en la línea del 20%) y basándose en las expectativas inflacionarias descendentes y estimaciones del CPI americano para el 2017, calculan que el peso debería oscilar en un rango promedio de $17-17,40 a lo largo del próximo año.

De esa matriz de proyecciones participa otro dato no menor: la suerte del real brasileño, cuya influencia sobre el peso argentino es central.

En esta línea, estimaciones actuales sitúan el tipo de cambio para 2017 en R$3-u$s 1. Sin embargo, es importante destacar las proyecciones del tipo de cambio son cautelosas en torno al éxito del blanqueo. A la vez, las proyecciones -algo silenciadas ahora-sobre la entrada de divisas del blanqueo, podría convertirse en dramático si, como sostienen algunos brokers, el resultado comienza a ir de menos a mayor y la gran entrada de dólares termina concentrándose en un periodo corto.

En la consultora Economía & Regiones, por ejemplo, atan la suerte de la inflación en 2017 a un ?combo? en el que sobresale la demanda de dinero, ya que ésta última depende a su vez, entre otras cosas, del nivel de actividad, expectativas de inflación, expectativas de devaluación, diferencial de rendimientos pesos / dólares y política monetaria. "Se concluye entonces que el año próximo todas las variables jugarán a favor de la demanda de dinero, contribuyendo a que la inflación baje más y más rápido en 2017 y que en consecuencia, la meta de inflación pueda ser alcanzada el próximo año".

De ser así, la presión a la apreciación cambiaria será uno de los rasgos clave del proceso. En la City resaltan que los primeros resultados positivos en materia de inflación comienzan a aparecer y son mérito del Banco Central y su política monetaria anti inflacionaria. Dejando de lado el fall de la Corte Suprema, la inflación de agosto 2016 habría sido de 0,9%, ubicándose no sólo dentro del objetivo de corto plazo que tiene el Banco Central (+1.5% mensual aproximadamente), sino también por debajo de la inflación de julio pasado (+2.0%). En este sentido, si bien los próximos meses podrían traer una inflación más elevada, se descuenta que ésta convergirá a un nivel de 1,5% mensual hacia el mes de diciembre.

Del "atraso cambiario" también hablan otros. Por ejemplo, la Fundación Mediterránea, que asegura que si bien el dólar registró un salto del 50% desde fines de 2015, en términos reales ya se perdió más de la mitad de ese avance.

Es más: la publicación The Economist, midió hace algunos días cuán devaluados o revaluados están los signos monetarios de cada país con su índice Big Mac: la publicación realiza una comparación del precio de la icónica hamburguesa de McDonald´s en varios países del mundo y, según cuánto se aparte del valor que registra en Estados Unidos, determina si el dólar está por encima o por debajo.

La ecuación a partir de la cual se construye es sencilla: se concibe que con la misma cantidad de dólares convertidos se debería poder adquirir el mismo producto en todos los países. La conclusión que se desprende de la última edición del Big Mac Index es que el tipo de cambio en Argentina debería ubicarse en $16,87. Es decir que el dólar en la plaza doméstica tendría que ubicarse un 13% por encima del precio actual, que es de alrededor de $15

Hasta el ex ministro de Economía Axel Kicillof rompió el silencio -no el suyo, sino el de otros ex funcionarios- al afirmar que el valor de la moneda nacional experimenta un marcado atraso cambiario. En una columna de opinión publicada en Página 12, el actual Diputado Nacional cruzó duro al juez Bonadío por el caso del dólar futuro y, de paso, ofreció un pantallazo de la cobertura mediática que merece el tema del tipo de cambio retrasado.

"El tipo de cambio ayuda en el corto plazo, pero en el largo influye el costo argentino, el laboral. La inversión es un proceso de acumulación, nadie se tira a la pileta si no ve posibilidades de rentabilidad", sostuvo Eduardo Levy Yeyati, de Elypsis. Lo hizo en el foro del "mini Davos" donde señaló que el valor del dólar no impacta en todo lo que generalmente se cree. "Sí, funciona como protección de sectores industriales de competitividad muy baja", reconoció.

Pero el que llamó la atención de todos fue Miguel Ángel Broda, al sostener que "estoy seguro de que a Federico Sturzenegger le gustaría un tipo de cambio más alto", si bien argumentó que la dificultad de fondo es el déficit fiscal: "El problema es la consistencia de la macroeconomía. Se heredó un déficit fiscal y, dentro de la herencia positiva del bajo endeudamiento, lo que se hizo fue modificar las fuentes de financiamiento", alertó.

Y continuó con su descripción de la situación diciendo que con el valor del dólar actual se está poniendo un impuesto a las exportaciones y un subsidio a las importaciones. Sin embargo todos los consultados coincidieron en algo: que si bien el problema del atraso no es acuciante, no todos los sectores son competitivos con el actual valor del dólar. Es un gran dilema que el Gobierno deberá resolver. 

Fuente: El Cronista