¿Es posible la intermediación financiera sin bancos?

lunes, 26 de junio de 2017

Estamos habituados a pensar en instituciones financieras, cuando nos interesa la interacción entre ahorristas e inversores. Pero dicha interacción existió desde mucho tiempo antes de que se crearan los bancos, y seguramente continuaría existiendo aunque las instituciones financieras desaparecieran. ¿Tienen derecho a protestar los bancos, frente al surgimiento de nuevas formas de intermediación financiera?

Al respecto conversé con el húngaro Karl Schlesinger (1889-1938), banquero de profesión y matemático por hobby. Se inmortalizó "conectando" con Marie Esprit Leon Walras con Abraham Wald. Específicamente, le propuso a este que mejorara el trabajo de aquel, reformulando el conjunto de ecuaciones walrasiano para que de la propia solución del sistema surgieran precios nulos cuando existen ofertas excedentes, y precios positivos cada vez que se registren escaseces, al tiempo que investigara de manera rigurosa las condiciones bajo las cuales el equilibrio general competitivo realmente existe. De origen judío, Schlesinger se quitó la vida el día que los nazis ocuparon Viena, ciudad donde residía.

-Los libros de texto identifican la actividad bancaria con depósitos y préstamos, aunque en la práctica los bancos ofrecen múltiples servicios.

-Efectivamente. Los bancos también proporcionan el servicio de cobrar y pagar facturas, pagar jubilaciones, cobrar impuestos, emitir y administrar tarjetas de débito y crédito, etcétera, y si no existieran restricciones legales, probablemente también venderían analgésicos, libros y pasajes aéreos. En cada país, en cada momento, alguna de estas operatorias resulta más redituable que las demás; aunque muy probablemente las entidades financieras se esfuercen por ofrecerlas todas, para fidelizar a los clientes.

-¿Qué diferencia existe entre la intermediación financiera no bancaria y la inmobiliaria o la automotriz?

-Buena pregunta. ¿Qué diferencia existe entre una oficina que conecta con quien quiere vender un inmueble, o un auto usado, con quien los quiere comprar; y otra oficina -que no sea banco- que pretende hacer lo mismo en el mercado del crédito? Si no hubiera ninguna diferencia, la protesta de los bancos cuando aparecen alternativas electrónicas no bancarias, para intermediar en el mercado financiero, se parece a la protesta de los fabricantes de velas cuando apareció la lamparita eléctrica.

-¿Hay alguna diferencia?

-Los bancos, como los conocemos, operan sobre la base de que la población desea tener parte de su dinero en efectivo y parte como depósitos, y que los bancos sólo tienen que mantener como reservas una porción de los depósitos que logran captar. Cuando ocurren estas dos cosas los bancos comerciales pueden "crear" dinero, como el Banco Central.

-¿Cuál es el problema?

-Que este esquema está siempre a merced de las denominadas "corridas" bancarias; cuando los depositantes, ante las dudas referidas a la devolución de los depósitos, intentan retirarlos de manera inmediata y masiva. Por esta razón, los gobiernos regulan la operatoria financiera mucho más las operatorias de las pizzerías o las ferreterías; aunque como muestra la historia, a pesar de todo, de tanto en tanto se registran corridas, y tienen que actuar como prestamistas de última instancia, cuando los depósitos están denominados en moneda local, o imponer "corralitos" cuando están denominados en moneda extranjera.

-Me parece que creo ver a dónde va, pero mejor que lo explique usted.

Si vía electrónica la intermediación financiera opera como las inmobiliarias, es decir, sin crear dinero, puede haber fraude (ejemplo: que el deudor no pague lo que se comprometió a abonar), pero no corridas. En el mundo financiero hace mucho tiempo existía el denominado mercado de aceptaciones, que funcionaba de esa manera. Lo que los expertos tienen que determinar es si, vía electrónica, algunos operadores no pueden transformar la intermediación pura en una suerte de "seudo banco", con todas las implicancias económicas y sociales que tiene una corrida no regulada ni cubierta por algún seguro.

-Don Karl, muchas gracias.

 

Fuente: La Nación