Banco de Eurnekian ahora se llamará Wilobank por conflicto de marca con Ualá

viernes, 01 de junio de 2018

Saldrá a mediados de mes. Wanap era el nombre original pero la entidad donde está como inversor George Soros impugnó la marca en lo que fue la primera guerra fintech.

La primera guerra fintech en territorio nacional es entre pesos pesados: George Soros atacó a Eduardo Eurnekián. Como si fuera que China ataca a Kamchatka en el TEG. El magnate húngaro nacido como Schwartz György es uno de los inversores de Ualá, junto con General Catalyst, Bessemer Ventures, Jeeries y Point72, que provocó que el banco de Eurnekián deba cambiar su nombre y no se llame Wanap.

"Teníamos confusión entre los usuarios sobre Ualá versus Wanap, así que hicimos una oposición de marca para proteger nuestro copyright. Ualá se registró como marca en 2016, cuando empezamos el proyecto, así que tenemos derechos a ese nombre porque lo registramos y lanzamos, pero Ualá no bloqueó ni bloquea nada", advierte su fundador, Pierpaolo Barbieri, quien se niega a entrar en los detalles, pero subraya que la oposición de marca está firme desde febrero.

Desde el otro lado del ring, Guillermo Francos, presidente del banco de Eurnekián, informa que "Wilobank es la nueva marca que nos diseñó Futurebrand: pretende ser un nombre moderno, fácil, sencillo, ágil, cómodo, como va a ser nuestro banco".

A mediados de mes saldrá el primer banco digital, ya que están trabajando con el cambio de marca e imagen en todas las interfases del sitio, tanto en la web como para el teléfono celular. Empezaron probando el sitio entre una comunidad de friends & family.

Según cuentan los conocedores de esta primera guerra fintech, los abogados de Ualá mandaron una carta documento a Wanap con pedidos de cesión en el uso de la marca. Wanap, que está en proceso de cambio de marca, ahora se reserva los derechos de daños y perjuicios que les ocasionó la firma Ualá. "Han abusado del derecho, no se han comportado lealmente, tuvieron conversaciones para acordar la existencia de ambas marcas, trabajaron en noviembre y diciembre los abogados y analistas de marketing, hicieron varios cambios en la marca, cambio en la tipografía de la letra, pero los sorprendieron cuando les impugnaron la nueva marca y con la intimación en que cesen en el uso. No pretenden conflictos en el lanzamiento, pero no lo dejarán así", relatan quienes conocen las huestes Eurnekianistas.

Consultados en Wanap, dijeron: "No vamos a debatir este tema por los medios, en tal caso lo haremos por los canales que correspondan".

Desde las huestes de Ualá tampoco quisieron dar mayores precisiones. Sin embargo, este diario pudo acceder a gente afín, que en off de record señaló: "Sólo hicieron una oposición de marca. Hubo una negociación y no les gustó lo que propusieron".

Querían salir con Walap. Después Wanap. Se opusieron a las dos. Cuando intentan registrar Wanap hay un período donde la gente puede presentar oposiciones. Hubo una discusión pero no conformaron las proposiciones de cambio, porque tenían más de 50 casos de usuarios que se confundían. Con lo cual mantuvieron la oposición por lo que ellos no podían registrar Wanap. No estaban bloqueados de salir, pero no podían registrar su marca. Entonces decidieron cambiar".

Según pudo averiguar El Cronista, en el tira y afloje ofrecieron cambiar la letra y poner un acento (Wanáp), pero Ualá también tiene acento. Indican que la gente se confundía igual porque fonéticamente el nombre es parecido: "Es como decir Coca Cola vs Coka Cola. Es distinto pero fonéticamente muy parecido", comparan.

Consultado, Barbieri se limita a decir: "Nosotros protegemos una marca que registramos en su momento antes de lanzar comercialmente en 2017. Y no queríamos confusión entre usuarios. Pero amamos la competencia. Y les deseamos lo mejor con el lanzamiento".

Ualá tiene más de 150.000 tarjeta activas y operando y van a bajar la edad para sumarse al servicio para que más jóvenes se puedan sumar. La semana que viene van a lanzar algo nuevo que auguran va a revolucionar la manera de pasarse plata de persona a persona o dividir cuentas entre amigos.
 

Fuente: El Cronista