Los bancos ya no podrán pedir las declaraciones impositivas de sus clientes

miércoles, 12 de octubre de 2016

La iniciativa de la UIF, el BCRA y la AFIP busca promover el blanqueo y la bancarización; hoy, las entidades las exigen hasta para abrir una cuenta.

El blanqueo de capitales marcará un antes y un después en el sistema financiero, tanto si es como si no es exitoso para el fisco. Es que el proceso de exteriorización promete modificar muchos de los hábitos más arraigados en los bancos. Al menos, según confirmó LA NACION, ya la Unidad de Información Financiera (UIF), el Banco Central, el Ministerio de Hacienda y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) están trabajando para que, más allá del blanqueo, los bancos no puedan seguir pidiéndoles a sus clientes las declaraciones juradas de los impuestos a las ganancias y a los bienes personales, como lo hacen hoy, para abrir una cuenta bancaria, sacar una tarjeta o acceder a un crédito, entre otras operaciones.

"En el sinceramiento quedó clarísimo que no hace falta pedir la declaración jurada del cliente", dijo a LA NACION Mariano Federici, titular de la UIF. "Queremos trasladar ese mismo razonamiento a la operatoria común, independientemente del sinceramiento. Que los bancos no sientan que tienen la obligación de pedir la declaración jurada en ninguna circunstancia. Entendemos que es una declaración confidencial entre el contribuyente y la AFIP, y los bancos no tienen por qué solicitar a sus clientes esa información. De hecho, en casi ninguna parte del mundo se pide para operar en un banco", confió.

Hace ya tiempo es habitual que las entidades, no importa la operación, les exijan a sus clientes entregar copias de las declaraciones juradas de Bienes Personales o Ganancias que presentaron ante la AFIP. En principio, no hay norma de la UIF que lo demande expresamente, pero, admite Federici, los bancos se vienen respaldando en la resolución 121 del organismo antilavado para justificarlo.


"Se usó esta norma para usar el sistema antilavado para combatir la evasión. Pero es algo que estamos revisando, porque no es lo más eficiente", explicó Federici, para quien el sistema actual "atenta contra objetivos importantes como la inclusión financiera y la bancarización, pone trabas a que la gente ingrese al sistema financiero e incluso termina expulsando a gente fuera del sistema, lo que genera más informalidad".

"Creemos que el sistema antilavado se tiene que usar para combatir el lavado de activos. Tampoco entendemos la lógica de que un banco tenga que conocer todo tu flujo de ingresos y tu patrimonio para abrirte una cuenta", sentenció Federici.

Similar es la visión de la AFIP. "Hacemos un sistema para cerciorarnos de que las declaraciones juradas sean sólo de conocimiento del contribuyente y nuestro, y después están en todas partes", dijo recientemente el jefe de la AFIP, Alberto Abad, en respuesta a una consulta de LA NACION.

La iniciativa de las autoridades ya está siendo conversada con las asociaciones de bancos, con quienes habría un principio de acuerdo. Aunque todavía no está claro si habrá una norma por parte del Central, de la AFIP, de Hacienda o de la propia UIF. "Estamos estudiando por dónde va a venir", confió Federici. "Los bancos se tienen que acostumbrar a una nueva lógica de trabajo."

En el sistema financiero admiten que conocer las declaraciones patrimonial y de ganancias de un cliente es la mejor forma de saber "a qué se dedica y los ingresos que tiene". Además, justificó a LA NACION un consultor con años de experiencia en la prevención del lavado de activos en bancos, se supone que los oficiales de cuenta también deben velar por la privacidad de los datos de sus clientes y no divulgar la información que reciben, dado que está amparada por el secreto bancario.

Pero los bancos no sólo usan las declaraciones como herramienta para mitigar riesgos a la hora de prevenir el delito de lavado de dinero, sino que además lo toman como un insumo para poder conocer la situación patrimonial de sus clientes y aplicar luego políticas comerciales acordes.

En tal sentido, apuntan a que las entidades comiencen a desarrollar en la prevención del lavado de dinero un sistema más enfocado en riesgos, que sea personalizado y que dependa de la ubicación geográfica, el tipo de operación que se desea realizar y el canal de distribución, entre otros criterios.
 

Fuente: La Nación