Marcó del Pont quiere un peso ‘estable’ pero ‘competitivo’ frente al dólar, el real y el euroJulián Guarino, subeditor de Finanzas
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El poder nunca es estable cuando es ilimitado. ¿Lo sabrá Mercedes Marcó del Pont? ¿Conocerá la presidente del Banco Central la frase de Tácito? ¿Sabrá que sobre su nueva gestión pasa buena parte de la (in)certidumbre de los argentinos en la moneda? Ella sostiene que cada vez que entra en el edificio del Banco Central, no puede evitar agarrarse la cabeza “de la bronca”. Es que en la entrada que tiene la entidad en la calle Reconquista, una vez traspasadas las dos soberbias hojas de la puerta de bronce y sobre una viga que atraviesa el cielorraso, se lee en letras doradas: “es misión primaria y fundamental del Banco Central de la República Argentina preservar el valor de la moneda”.
El mensaje replica el artículo 3 de la Carta Orgánica del BCRA que ella quiere modificar para hacerla más permeable a las necesidades del Gobierno.
Según Marcó del Pont, durante su gestión buscará que el dólar permanezca “estable”. En la definición, explica que cuando piensa en un dólar estable, no hace referencia a un valor constante ligado a la caja de conversión como en los 90, sino a un valor ligado al Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM), que es el precio relativo de los bienes de la economía con respecto al de los bienes de los países con los cuales realiza transacciones comerciales y entre los que se encuentran EE.UU., Europa y Brasil. Según este parámetro relevado por el propio BCRA, hoy el peso argentino es 149,4% más competitivo que en el promedio de la Convertibilidad. El argumento le servía a Redrado para sacarse de encima la presión de los devaluacionistas. En esto, la flamante titular del Central parece seguir su ejemplo. Para reforzar la idea, Marco del Pont prefiere señalar que “el dólar en la Argentina no está atrasado” como una forma de serenar los ánimos. Claro que habrá que ver qué sucede cuando el dólar recupere su imperio frente al euro. Incluso el real brasileño, que pondera por el 35% del valor del TCRM, ahora se deprecia. Una caída del TCRM implicaría devaluar el peso.
La economista sorprende cuando señala que piensa respetar el Programa Monetario que dejó Redrado; el mismo señala una meta de expansión de la cantidad de dinero (M2) para 2010 en el rango de 11,9% al 18,9%. En 2009, este indicador trepó 13,7%. Si bien las críticas se hacen oír cuando señalan que “la responsabilidad plena de que haya más o menos inflación es siempre del Banco Central”, nada dice Marcó del Pont de bajar el ritmo de expansión monetaria. Con un aumento de precios en 2010 del 18% y un crecimiento real del PBI mayor a 3%, hay quienes estiman que sería suficiente para exceder estos números. Es más: el mismo BCRA estima que la expansión se ubicaría 4 puntos porcentuales por encima del límite superior.
Lo que mata es la demanda
En cuanto a la inflación, para Marcó del Pont este fenómeno obedece a que no hay crédito suficientemente barato en el sistema financiero. Por consiguiente, una suba de la tasa de interés –tal como pide la ortodoxia económica para enfriar la suba de precios– se ubica precisamente en la vereda de enfrente. Afirma que no subirán las tasas.
Sin embargo, si hubiera que hacer un ranking de los datos que acaparan la atención de la cúpula del BCRA, hoy ese dato es la demanda de dólares. Lo estudian entre 3 y 4 veces por día. Les preocupa que la incertidumbre lleve a los argentinos a comprar dólares pero los tranquiliza que sean “sólo los minoristas” los que compran. Por otro lado, descansan en la idea de que son dólares comerciales que genera la exportación, y no dólares de deuda que había en los 90.
El nuevo BCRA busca remonetizar la economía, bajar las tasas de interés para incentivar la actividad, aunque el 2010 traerá refuerzos en financiar el consumo, y a ello buscará sumar las líneas comerciales. Sin embargo, la principal diferencia con la gestión de Redrado tendrá lugar en los depósitos. Si bien Redrado suscribía a que las entidades financieras acumularan liquidez y apilaran depósitos a plazo fijo como una forma de fortalecer el sistema, Marcó del Pont no quiere que los bancos inmovilicen el dinero. Por eso, en los pasillos del BCRA no se descarta que haya algún tirón de orejas (con forma de impuesto) para aquellos que no “suelten” recursos. Esto encarecería los plazos fijos para los bancos y le haría lugar a las entidades que sí se muestren dispuestas. La última semana Marcó del Pont se reunió con banqueros. Del encuentro participaron el vicepresidente 1 del Banco Central, Miguel Pesce; el titular de Adeba, Jorge Brito; el presidente de ABA, Mario Vicens, el presidente de Abappra, Juan Carlos Fábrega y el vicepresidente de Abappra, Carlos Heller. Fue una reunión cordial, que tuvo como ejemplo los casos exitosos de colocación de créditos del Banco Nación, el Credicoop y el Ciudad. Es que aunque los préstamos crecieron en los últimos meses, un parte importante sigue sin ser canalizado. De hecho, según el Informe Monetario de enero del BCRA, casi un 40% de esta liquidez continúa sin prestarse.
En el BCRA saben que hay mucho por hacer y que habrá que avanzar con señales claras porque, si bien como escribiera Tácito, el poder nunca es estable cuando es ilimitado, hay muchos argentinos que esperan que el valor del dólar sí tenga estabilidad y un techo.